La Roma le regala al Madrid un triunfo beatífico

Contará el Real Madrid con la ventaja de saber el resultado del duelo entre rusos y checos cuando Clément Turpin decrete el inicio del partido en el feudo 'giallorossi', por lo que, si el CSKA no vence, se sabrá ya en octavos. En caso contrario, los blancos deberán hacer los deberes con un triunfo que les asegure además el primer puesto que no obtuvieron las dos temporadas anteriores pero que en la presente, viendo el poderío de los potenciales rivales que podrían tocarle como segundo, se antoja vital.

Pero por encima de las cábalas para cumplimentar lo que desde que se realizó el sorteo debía ser un mero trámite, el equipo que tutela Santiago Solari tendrá que sobreponerse a sus propias circunstancias tras una estrepitosa debacle ante el Eibar que ha resucitado todos los demonios. Los armeros avasallaron a una escuadra sin actitud, fútbol ni liderazgo, retratando a un plantel en el que a la autocrítica deben seguir soluciones sobre el césped. Tendrá que aportarlas el técnico, al que cuatro victorias seguidas permitieron sellar el contrato fijo pero que afronta su primer puerto de categoría especial tres días después de ver la tremenda pájara de sus pupilos.

Pocas decisiones comprometidas ha tenido que adoptar Solari hasta la fecha, más allá de entregar la Champions a Courtois en detrimento de Keylor Navas. El tico ni siquiera viajó a Roma, como tampoco fue a Ipurua, aunque el domingo ya volvió a los entrenamientos tras someterse el 12 de noviembre a un tratamiento de células madre para fortalecer uno de los cartílagos que le dio problemas la pasada campaña.

El belga fue, junto a Benzema, el único que cumplió en tierras guipuzcoanas y volverá a defender la portería del Real Madrid, con una retaguardia muy cuestionada a la que regresará de inicio Carvajal, que gozará de su primera titularidad con el 'Indiecito' aprovechando la lesión de Odriozola. El lateral está falto de rodaje, lo mismo que Varane y Marcelo, pero el técnico no tiene margen de maniobra contando sólo con el castillista Javi Sánchez como recambio. Reeditará así la zaga que plantó Julen Lopetegui ante el cuadro 'giallorossi' en el Bernabéu, donde los blancos completaron una de sus mejores actuaciones de los últimos años, que dio paso casi a renglón seguido al valle de lágrimas en que se ha convertido el presente curso para la escuadra de Chamartín.

Con las ausencias de Nacho, Reguilón y Casemiro, además de las reseñadas de Odriozola y Keylor Navas, Solari tendrá que recomponer el centro del campo, donde no estará Isco, que viajó a Roma pero al que el argentino dejó fuera de la convocatoria final. Ejecutor hace dos meses de la falta al borde del intermedio que puso franco un duelo en el que el Real Madrid abrumó con 30 remates al conjunto transalpino, sostenido únicamente por un descomunal Olsen, el de Arroyo de la Miel ha quedado relegado al ostracismo desde la llegada del técnico, que no le ha dado ni una oportunidad como titular. Marcos Llorente oficiará como medio de contención, con Modric y Kroos como volantes. Lucas Vázquez y Gareth Bale se repartirán las bandas, con Benzema como vértice final del ataque.

Versión especular en Italia del Real Madrid, con una alicaída imagen en la Serie A que contrasta con su solvencia en la Champions, donde apenas tiene la mácula de la jornada inicial, a la Roma le bastaría un empate para sellar los octavos, que también podría conseguir si el CSKA no doblega al Viktoria Pilsen. Semifinalista la pasada edición, Eusebio Di Francesco admite que el 'giallorossi', como el Madrid, es un conjunto herido. «Somos dos equipos que están, entre comillas, enfermos», manifestó el técnico, que no ve demasiadas divergencias entre los planteamientos de Lopetegui y Solari, incidiendo en que la discrepancia toca básicamente al ámbito anímico. «Es un Madrid parecido a nivel táctico. A nivel psicológico veo diferencias», indicó.

Di Francesco tiene las bajas del capitán Daniele De Rossi, los argentinos Diego Perotti y Javier Pastore, el centrocampista Lorenzo Pellegrini y el delantero Edin Dzeko. Recupera al griego Kostas Manolas, aplaudido hace dos meses por el Santiago Bernabéu por ser el autor del tanto que apeó al Barça el curso pasado en cuartos, y a Robin Olsen, que no jugó el sábado ante el Udinese por molestias musculares. El joven Nicolò Zaniolo, que ya debutó en el Bernabéu, acompañará a N'Zonzi y Cristante en la medular, con Under, El Shaarawy y Schick en el tridente ofensivo.

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