El Real Madrid es un bólido que este miércoles se pondrá a 300 en su competición fetiche frente a un conductor kamikaze. Los blancos, que tres semanas atrás le infligieron al Liverpool la mayor humillación continental que haya conocido nunca el majestuoso Anfield, reciben en ... otra noche para la historia a un rival sediento de venganza que pisará la tierra de las remontadas determinado a lanzarse a tumba abierta con el fin de ajustar cuentas al rey de Europa.
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El conjunto de Chamartín apartó de la gloria a los 'reds' en dos de las cinco últimas finales de la Champions y amenaza con dejarles de nuevo en la cuneta en la fase de eliminatorias como sucediera hace un par de campañas. Pero los pilotos de Jürgen Klopp no han dicho su última palabra y se aferran a varios ejemplos del presente siglo para articular su emboscada.
Hace once meses, el Real Madrid regresó de Stamford Bridge con pie y medio puesto en semifinales de la antigua Copa de Europa tras domeñar al Chelsea con una estratosférica actuación de Benzema. Pero los 'blues' descargaron toda su furia en el Santiago Bernabéu, hasta el punto de colocar al coliseo merengue al borde de la extremaunción con los goles de Mount, Rüdiger y Werner. Sin embargo, Rodrygo conectó a los blancos el respirador artificial con un tanto soberbio a falta de diez minutos para que se cumpliese el tiempo reglamentario y Benzema completó la reanimación del paciente con otra diana en la prórroga que evitó que los locales expirasen en un duelo que acercó a Carlo Ancelotti a la tumba. «Si no muero hoy, soy inmortal», aseveró en pleno vestuario el todavía exhausto transalpino, según recoge un documental de Apple TV+ sobre el camino a la Decimocuarta.
Llovía sobre mojado, por más que Carletto esté acostumbrado a guarecerse bajo un paraguas cuando jarrea. Cuatro años antes, con Zinedine Zidane timoneando la nave blanca, el Real Madrid había rendido el Juventus Stadium la noche en la que Cristiano Ronaldo gestó su idilio con la 'Vecchia Signora'. El cuadro merengue pensaba ya en las semifinales cuando los 'bianconeri' tejieron una asonada en el Paseo de la Castellana que a punto estuvo de alterar el rumbo de la historia. Un doblete de Mandzukic antes del descanso y otro tanto de Matuidi a vuelta de vestuarios pusieron contra las cuerdas a una escuadra que regresó al centro del cuadrilátero gracias a un penalti de Benatia sobre Lucas Vázquez que permitió a Cristiano Ronaldo mandar a la lona a los púgiles de Massimiliano Allegri.
Por aquel entonces se encontraba en paro un Ancelotti que más de una década antes también pudo comprobar en Estambul cómo una renta extraordinaria puede consumirse en un abrir y cerrar de ojos. El Liverpool de Rafa Benítez caía 3-0 al descanso de una final disputada en el Estadio Olímpico Atatürk que, empero, terminó coronando a los 'reds' en la tanda de penaltis frente al Milan que comandaba el estratega de Reggiolo.
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De ahí que, con todos esos antecedentes muy vivos en su memoria y la mirada puesta de nuevo en la capital turca que acogerá la línea de meta en la carrera por la 'orejona' el próximo 10 de junio, Carletto lanzase una admonición a sus tropas en la previa. «No hay que hacer cálculos» pensando en la renta de la ida, arguyó, sino plantear un envite en el que desplieguen su «mejor fútbol ofensivo» porque el contrincante no tiene intención de hacer prisioneros. «Ellos tienen que ir a tope para sacar lo mejor desde el primer minuto, pase lo que pase», aseveró el italiano.
Rehuir la tentación especulativa que tan malas pasadas le jugó en similares tesituras debe ser el primer epígrafe del Real Madrid dentro de un plan de batalla que pasa también por contener la presión elevada del Liverpool sacando el balón con jerarquía y poner en órbita a una dupla que acostumbra a causar estragos a los de Merseyside. Vinicius, determinante para sofocar el incendio inicial en Anfield, recuperará en el Bernabéu la sociedad con un Benzema que, tras descansar contra el Espanyol, regresa para liderar a un equipo que alcanzará este miércoles los 300 partidos en la Champions.
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Reventar la fiesta por tan señalado aniversario es el objetivo de un Liverpool que sigue siendo un tiro al aire. Capaz de hacerle un siete al Manchester United hace diez días y caer solo una semana después con el modesto Bournemouth, el bloque de Klopp no es para nada fiable, pero dispone de munición suficiente para carbonizar cualquier fortín. La batalla está servida.
Real Madrid: Courtois, Carvajal, Militao, Rüdiger, Nacho, Camavinga, Modric, Kroos, Valverde, Benzema y Vinicius.
Liverpool: Alisson, Alexander-Arnold, Konaté, Van Dijk, Robertson, Fabinho, Elliott, Milner, Salah, Jota, Gakpo y Darwin Núñez.
Árbitro: Felix Zwayer (Alemania).
Hora: 21:00 h.
Estadio: Santiago Bernabéu.
TV: Movistar Liga de Campeones.
El Real Madrid volverá a disputar los cuartos de final de la Liga de Campeones, una ronda de la que el conjunto de Chamartín es cliente habitual desde que inaugurase una nueva edad dorada en su competición fetiche. Los blancos remacharon la eliminatoria ante el Liverpool en el Santiago Bernabéu tirando de oficio, experiencia y buen fútbol en un partido que el equipo de Carlo Ancelotti tuvo bajo control en todo momento y en el que acabó imponiéndose con un gol de Benzema, capaz de resultar quirúrgico incluso cuando está lejos de su mejor versión.
Los 'reds', obligados a ejecutar un triple salto mortal tras el 2-5 registrado tres semanas atrás en Anfield, envidaron con un once metalero que incluyó a cuatro delanteros, lo que acreditó la determinación de Jürgen Klopp de arrancar derrapando. Pero la tropa local echó el freno de mano enseguida para evitar que el monoplaza británico abriese gas y abrochó un pase que en ningún momento corrió peligro.
De las vertiginosas noches al borde del infarto del curso pasado no hubo esta vez ni rastro. El Real Madrid firmó una actuación coral en la que brillaron tanto los veteranos como los noveles para cumplimentar a un Liverpool de espíritu burocrático al que le tiene la moral comida y apenas presentó pelea.
Real Madrid
Courtois, Carvajal (Lucas Vázquez, min. 86), Militao, Rüdiger, Nacho, Camavinga, Modric (Ceballos, min. 82), Kroos (Tchouaméni, min. 84), Valverde, Benzema (Rodrygo, min. 82) y Vinicius (Asensio, min. 84).
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Liverpool
Alisson, Alexander-Arnold, Konaté, Van Dijk, Robertson (Tsimikas, min. 91), Fabinho, Milner (Oxlade-Chamberlain, min. 73), Salah, Jota (Elliott, min. 56), Gakpo (Carvalho, min. 91) y Darwin Núñez (Firmino, min. 56).
Gol: 1-0: min. 77, Benzema.
Árbitro: Felix Zwayer (Alemania). Amonestó a Tsimikas.
Incidencias: Partido de vuelta de octavos de final de la Liga de Campeones, disputado en el Santiago Bernabéu ante 63.000 espectadores.
Los 'reds' saltaron al cuadrilátero acostando a Darwin Núñez en la banda de Carvajal, tal vez un intento por parte de Klopp de replicar la estrategia que usó Massimiliano Allegri en su día con Mandzukic persiguiendo la amenaza a la espalda del lateral de Leganés. Sin embargo, el primer cruce de sables vino motivado por un error grueso de cada bando. Rüdiger midió mal tras una temeraria entrega de Carvajal que Salah aprovechó para poner en órbita a Darwin Núñez. Courtois atajó con apuros, pero el aviso estaba lanzado. Respondió el Real Madrid tras una pérdida del Liverpool, mas a Benzema le faltó una uña para empalar un pase atrás de Kroos cargado de veneno. Fue suficiente para que a su contrincante le entrasen los temblores.
Los blancos, atornillados a partir del magistral gobierno de Kroos y Modric en la divisoria, asumieron el mandato de Ancelotti de librar un pleito abierto y dispusieron a renglón seguido de otras dos ocasiones pintiparadas en las botas de Vinicius y Camavinga. El primero se topó con Alisson. El segundo se estrelló contra el travesaño tras un cañonazo prodigioso. Verticalizar el juego y enseñar colmillo eran elementos indispensables para meter el miedo en el cuerpo al Liverpool y evitar que los 'reds' activaran la batidora ofensiva.
Sobrado de temple y jerarquía, el cuadro local firmó un primer acto enormemente serio y efectivo ante un rival sin los arrestos de otro tiempo, por más que Courtois tuviese que sacar un par de manoplas extraordinarias para desviar un remate cruzado de Darwin Núñez que enfilaba la escuadra y un trallazo de Jota con muy mala leche.
El empate al descanso exigió adoptar riesgos adicionales al Liverpool tras el paso por la caseta, un escenario propicio para que el Real Madrid amenazase a la contra. Disfrutó de un par de excelentes oportunidades Valverde para matar definitivamente el cruce, primero en un mano a mano perdido ante Alisson tras un gran pase de Benzema y después a raíz de un centro delicioso de Modric que el Halcón uruguayo remató alto. Tuvo también la sentencia Benzema a resultas de una colada de Vinicius por la autopista libre de peaje que tenía de nuevo en el costado de Alexander-Arnold, pero el lionés mandó su derechazo al anfiteatro.
No anda fino el '9', de permanente tránsito entre la enfermería y el césped, pero aun así tuvo tiempo de redimirse ante un Liverpool entregado a su bestia negra. Camavinga, estelar en el corte y en la confección, filtró en profundidad a Vinicius, que logró conectar a trancas y barrancas con su socio predilecto para que el galo facturase su séptima diana en ocho enfrentamientos con los 'reds' y desencadenase la fiesta en un coliseo que cerró el jolgorio dedicando atronadoras ovaciones a Modric, Benzema y Kroos, tres veteranos a los que no se les acaba la cuerda, aunque los dos últimos terminaron tocados a cuatro días del clásico liguero en el Camp Nou. Sus problemas físicos son el único elemento de preocupación que dejó un concierto del que el Liverpool fue casi un espectador pasivo. Mérito de la orquesta bien afinada de Ancelotti.
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