Neymar por fin rompe la barrera de octavos con el PSG

El protagonismo que ha alcanzado a base de goles desde su llegada en enero el noruego Erling Haaland puede hacer olvidar que el equipo germano cuenta con otra de las joyas del fútbol europeo: el inglés Jadon Sancho. Ambos tienen la misma edad, 19 años, y rebosan talento. Haaland anotó los dos tantos en Dortmund, pero los franceses no olvidarán la actuación de Sancho, que se convirtió en la pesadilla de la defensa gala. Pese a que sólo han jugado un puñado de partidos juntos, ambos parecen entenderse a la perfección.

Sancho ha sumado ya 14 goles y 16 asistencias en 25 jornadas de Bundesliga y está a un paso de convertirse en el primer futbolista de la historia del campeonato teutón en superar los 15 goles y 15 asistencias en una misma temporada. Desde que llegó en enero Haaland, el Dortmund ha disputado diez partidos entre todas las competiciones y el noruego ha marcado nueve goles en la Bundesliga y los dos en la ida de la Champions, torneo en el que anotó ocho tantos en la primera fase, cuando jugaba en el RB Salzburgo. «Sé dónde encontrarlo y dónde quiere la pelota, y él sabe cómo me gusta recibir la pelota. Nos entendemos realmente bien», avisa Sancho.

Antes de encajar un gol el pasado sábado en Mönchengladbach (triunfo por 2-1), el Borussia Dortmund mantuvo su meta a cero durante 328 minutos en Bundesliga. Un cambio radical con respecto al inicio de la temporada, cuando el equipo alemán se mostró incapaz de defender marcadores en contra, perdiendo once puntos después de ir ganando.

La llegada en enero del internacional Emre Can lo ha cambiado todo. Desde la posición de mediocentro se ha convertido en un especialista en robar balones. También ha ayudado el cambio de sistema de juego, que pasó del 4-3-3 a un 3-5-2.

El presidente del Borussia Dortmund, Hans-Joachim Watzke, no tiene miedo a decir lo que piensa gran parte de Europa: «El PSG tiene el trauma del Manchester United el año pasado. Para ellos el mundo se hunde si caen eliminados. Creo que tenemos una ventaja psicológica».

El ambicioso club francés quedó eliminado en octavos en las tres últimas ediciones de la Champions, por lo que la presión es enorme para el PSG, a la altura de la inversión y las ambiciones de sus dirigentes. Todo lo contrario que el Dortmund, que tiene como objetivo de la temporada la Bundesliga, siendo la Champions un premio. Los jugadores alemanes no tendrán que 'sufrir' el apoyo de los hinchas parisinos a su equipo, ya que el partido se disputará a puerta cerrada por temor al coronavirus.

Kylian Mbappé no se entrenó el lunes por un problema en la garganta. Pese a ello, se espera que juegue el máximo goleador del equipo francés esta temporada, con 26 dianas en 30 partidos, además de once asistencias, pero la enfermedad le puede pasar factura. Con quienes no podrá contar el técnico Thomas Tuchel será el italiano Marco Verratti y el belga Thomas Meunier, sancionados ambos.

Sí estará, a diferencia de los dos años anteriores por lesión, la otra gran estrella parisina: Neymar. El brasileño parece haber recuperado la forma, por lo que al fin tendrá la oportunidad de justificar los 222 millones de euros que pagó el PSG al Barcelona por él en 2017.

No necesitó el PSG el apoyo de sus aficionados en el Parque de los Príncipes para dar la vuelta a la eliminatoria y romper la barrera de octavos de la Champions cuatro años después. Neymar, que abrió el marcador ante un timorato Borussia Dortmund y participó también en la jugada del segundo gol marcado por Bernat tras un disparo de Sarabia, estará en cuartos con el equipo francés al resultar por fin decisivo en octavos y acabar con el gafe que le perseguía. El tanto que necesitaba el PSG para meterse entre los ocho mejores de Europa lo consiguió antes de la media hora y, después de ceder la iniciativa al conjunto alemán, se encontró con otro al filo del descanso, después de haber demostrado bastante más calidad y ambición en el primer tiempo y de defender con éxito en el segundo, sin acusar la presión que se suponía podía afectarle en busca de un objetivo que no conocía desde 2016.

Sin rastro de la amenaza noruega Haaland y con Mbappé en el banquillo hasta pasada la hora, aquejado el astro francés de unas anginas, Neymar, que también marcó en la ida, se erigió en el principal artífice de la remontada, reforzado también el conjunto francés por una defensa que mantuvo a raya a un Dortmund atascado durante toda la segunda parte, cuando los germanos atacaron sin profundidad. A este PSG que rebosa clase y le gusta correr también le acompañó la efectividad, porque sin disponer de muchas ocasiones acertó en dos que tuvo, aprovechándose Neymar, libre de marcaje, tras un saque de esquina, y generando el equipo una acción de ataque de velocidad y precisión que desarboló a la zaga del Dortmund cuando los alemanes se conformaban entonces con la derrota por la mínima.

Con miles de seguidores del PSG agolpados a las puertas del estadio parisino y las gradas vacías, el PSG ejerció de local necesitado de la victoria y el Dortmund reaccionó demasiado tarde, incapaz de sosprender a un conjunto ya experto y escarmentado tras tantos fiascos anteriores. Con casi medio equipo nuevo respecto al 2-1 que perdió en Dortmund, el PSG fue un conjunto más alegre, decidido e incisivo en el período inicial, y también muy sólido y controlador cuando fue necesario. Se arriesgó sin embargo demasiado el PSG al permitir jugar y dominar tanto al equipo alemán en el segundo tiempo, aunque se encontró siempre el Dortmund con un muro insuperable.

Se fio el conjunto de Thomas Tuchel defendiendo y echado muy atrás, con la mente puesta en destruir y en el contragolpe, y le salió cara, cuando un tanto del rival hubiese llevado a la prórroga. Y ante tanto acoso, pasó algún susto el PSG, pero salió vivo y fortelecido para la siguiente eliminatoria, porque también aprendió a sufrir, con tangana incluida en el minuto 88, cuando fue expulsado Emre Can por hacer una fea entrada y retar al incansable Neymar, que exageró el empujón del turco.