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Tras sestear en una fase de grupos reprochable, superar al peor Manchester City de Pep Guardiola, en pleno fin de ciclo, y noquear al Atlético ... en un cara y cruz que incluyó quizá el penalti más polémico de la historia, el camaleónico Real Madrid regresa a su competición fetiche para cruzarse con el Arsenal en cuartos. Una eliminatoria que cuando se conoció se consideraba poco menos que un trámite para el rey de Europa en su camino hacia la Decimosexta, pero que hoy genera incertidumbre.
Los mismos que, visto desde el punto de vista inglés, faltaban al respeto al vistoso pero vulnerable equipo de Mikel Arteta y daban por hecho el avance a semifinales del ejército merengue, se temen ahora que la batalla de este martes en Londres pueda dejar heridos. En las últimas semanas se ha comentado y escrito casi más de un eventual duelo ante el PSG de Luis Enrique en penúltima ronda que de los 'gunners', y eso siempre acarrea un serio riesgo por la confianza propia y la extramotivación ajena.
A pleno rendimiento, el Real Madrid es superior al Arsenal por experiencia, carácter, calidad y colmillo. La sola presencia de los cuatro magníficos -Mbappé, Vinicius, Rodrygo y Bellingham- asusta, y debe marcar diferencias frente a un rival mermado por las bajas y en el que Mikel Merino, un centrocampista reconvertido en un '9' e insospechado goleador, es la principal amenaza. Mucha vigilancia también al noruego Odegard, un ex del Real Madrid con deseo de reivindicarse.
Mayor cohesión
Con la ventaja añadida de jugar la vuelta en el Santiago Bernabéu, templo poco menos que indestructible en la gran Europa, el conjunto de Carlo Ancelotti no debería fallar. Llegados a este punto y sin desmerecer a un Arsenal brillante en la liguilla de Champions y muy bien trabajado por su técnico donostiarra, el principal rival del Real Madrid es el propio equipo blanco. Debe correr más, tener mejor actitud, estar más cohesionado y defender más junto para alcanzar el éxito. Jugar en el alambre, como ante el cruce ante el Atlético, la semifinal copera frente a la Real Sociedad, con cuatro goles encajados en el Bernabéu, o en el reciente choque liguero ante el renacido Valencia, supone jugar con fuego.
Ancelotti, que en este tramo final de curso se juega su continuidad, sigue sin dar con la tecla. Su equipo parece ahora mismo menos fiable que hace unos meses. La pasada campaña, el Madrid solo perdió dos encuentros, mientras que en la actual lleva diez. Hay runrún respecto al técnico italiano, siempre discutido desde algunos sectores pese a ser el preparador más laureado de la historia en el club blanco, y más todavía en relación a Vinicius.
Cuando a finales de 2024 el Madrid decidió no acudir a la ceremonia de entrega del Balón de Oro que recibió Rodri Hernández y no Vinicius, el madridismo pensó que se había cometido una tropelía. Pero a partir de ahí, el astro brasileño ha bajado su rendimiento. Ante la Real, en la vuelta copera del martes, Vinicius recibió una bronca de su entrenador, un momento tenso que su técnico reconoció después. «El toque de atención ha sacado lo mejor de Vinicius, ha sido determinante», afirmó el preparador de Reggiolo en alusión a la estrella, apagada en el primer acto y reluciente en el tramo final y la prórroga.
Nada mejor que reaccionar en Londres. A eso se agarran en el Madrid al referirse a Vinicius, de capa caída tras fallar el sábado un penalti ante el Valencia que provocó Mbappé. Incluso fue silbado. Y el domingo, tras esa debacle ante la escuadra de Corberán que complica más el título liguero, fue muy criticado por colgar en las redes sociales un mensaje en el que se alababa a sí mismo porque llevar los mismos goles (104) que su ídolo Ronaldo Nazario.
Vinicius, en el foco
Vini, de solo 24 años y con contrato hasta 2027, dispone de una oportunidad magnífica para desquitarse frente a un rival descolgado del Liverpool en la pelea por la Premier. El estado del delantero, quizá distraído por las insultantes ofertas que le llegan del fútbol exótico, contrasta con el crecimiento exponencial de Mbappé, autor ya de 33 goles en su primera temporada con el Madrid, donde llegó precisamente para levantar la Copa de Europa.
Se trata del quinto duelo consecutivo en cuartos entre el Madrid y un equipo inglés. El Arsenal, tercero en la liguilla, tras Liverpool y Barça, y vencedor en octavos ante el PSV por un global de 9-3, ansía lograr lo que no pudieron conseguir Liverpool, Chelsea en dos ocasiones, y City. El regreso de Bukayo Saka tras su lesión le da más empaque en ataque, aunque las ausencia de Gabriel Jesús y Kai Havertz son un problema.
La historia sugiere que el primer encuentro es clave para los 'gunners', que no han perdido el asalto inicial en sus últimas siete eliminatorias de cuartos en Copa de Europa y Champions, y están invictos en sus 16 partidos continentales más próximos jugados en el Emirates.
Además, el Arsenal puede presumir de una victoria global por la mínima en su único emparejamiento de Champions ante el Madrid, el de octavos de final de la temporada 05-06. Therry Henry decidió a favor de un equipo donde brillaban los españoles Cesc Fábregas y José Antonio Reyes ante un rival dirigido por Juan Ramón López Caro y con Zidane, que a final de temporada colgó las botas, Beckham, Ronaldo, Robinho o Raúl en sus filas.
Alineaciones probables
Arsenal: David Raya, Timber, Saliba, Kiwior, Lewis-Skelly, Odegaard, Partey, Rice, Saka, Mikel Merino y Martinelli.
Real Madrid: Courtois, Valverde, Asencio, Rüdiger, Fran García, Modric, Camavinga, Bellingham, Rodrygo, Mbappé y Vinicius.
Árbitro: Irfan Peljto (Bosnia y Herzegovina).
Hora: 21:00, Emirates de Londres.
TV: Movistar Liga de Campeones
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