Lunin sale de puños para desbaratar un ataque del Leipzig. AFP
Análisis

Tres claves para soñar con la Decimoquinta

Portero insuperable, gol antológico y polémica arbitral, tres premisas que marcaron el triunfo del Real Madrid en Leipzig y son recurrentes en los grandes títulos continentales del equipo blanco

Ignacio Tylko

Madrid

Miércoles, 14 de febrero 2024, 12:24

Amén de ser una máquina de ganar y presentar unos registros inmaculados, con siete victorias en sus siete citas de Champions, y de gobernar de manera tan hegemónica la Liga que el Real Madrid se puede permitir el lujo de dosificar esfuerzos pensando en la ... gran Europa, el sufrido triunfo en Leipzig deja tres claves recurrentes que alimentan el sueño de la Decimoquinta.

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Por orden cronológico, la primera premisa que marcó el octavo éxito de Carlo Ancelotti en sus 13 visitas a territorio germano fue la decisión adoptada por el árbitro bosnio Ifran Peljto, su asistente y el VAR con apenas dos minutos de juego. El gol anulado a Sesko por una supuesta interferencia física de su compañero Henrichs a Lunin alimenta la eterna polémica que acompaña a los blancos.

«No era fuera de juego y no era falta. No sé por qué ese gol no subió el marcador. No sé cómo pudo evolucionar el partido si llega a conceder ese gol, que nos venía muy bien», se quejó Marco Rose, técnico del Leipzig tras la cita. El club local se mostró sarcástico sobre esa acción al colgar en las redes sociales un tuit con ese minuto y la típica cara de asombro de Carlo Ancelotti con la ceja levantada. Esta impresión contrasta con la de Ancelotti, quien se refirió a un «fuera de juego clarísimo». La prensa alemana, con Bild a la cabeza, tituló «gol robado» e incluso se hizo eco de unas manifestaciones de Toni Kroos a los periodistas alemanes en las que al parecer confesó que no advertía motivos claros para su anulación.

«Una locura»

En España, sorprendió la rotundidad del excolegiado Mateu Lahoz, en su día el preferido de José Mourinho, al analizar la acción de la polémica. «Hay algo extraño, algo no hemos visto y se nos ha escapado. Falta no ha pitado, porque hemos tardado bastante en ver cómo el asistente levantaba la bandera por fuera de juego. Se nos escapa, la verdad», dijo el valenciano en un primer momento. Minutos más tarde, al ver la jugada desde más ángulos, explotó: «Esto es lo que no puede ser. En el campo te puedes confundir como deportista, pero el VAR está para ayudar en este tipo de cosas. Es una locura anular este gol por esto, afortunadamente para el equipo español. Pero somos honestos y hay que decirlo. Esto es una locura, esto no es fútbol». Para Iturralde González, en cambio, ese tanto de Sesko está bien anulado porque a Lunin «le empujan con el brazo por detrás, molestándole».

Precisamente, en esa jugada Lunin fue poco expeditivo en el despeje de puños, lo que posibilitó el disparo en semifallo posterior que precedió a la polémica. Fue el único error del joven portero ucraniano, que a partir de ahí estuvo inmenso insuperable. Nueve paradas clave realizó según la estadística de la UEFA, un récord al alcance solo de los elegidos que iguala la marca de Courtois en la final de París ante el Liverpool.

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Lunin recordó a Casillas, Keylor y Courtois

Ciertamente, su descollante actuación recordó otras exhibiciones magistrales que marcaron anteriores Champions del Real Madrid. Ya fuera Iker Casillas, el hombre milagro, Keylor Navas o el citado Courtois, los porteros blancos siempre protagonizaron actuaciones sublimes antes de alcanzar el éxito final.

Zanjó por completo el debate sobre la titularidad en ausencia del cancerbero belga, una batalla perdida por Kepa o más bien ganada por el ucraniano. «Lunin ha jugado ha jugado un gran partido, su mejor partido. Jugar le está dando confianza», esgrimió Ancelotti.

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Brahim se viste de Messi

La tercera premisa que suele darse es la de la aparición de una figura capaz de desnivelar una eliminatoria o una final con un gol de bandera, como aquella volea inolvidable de Zidane ante el Leverkusen en Glasgow. Brahim Díaz, a priori un actor secundario en esta plantilla, emergió en Leipzig como sustituto de su amigo Belligham, lesionado. Y en el inicio de la segunda mitad firmó una jugada maradoniana, más típica quizá de Leo Messi.

Pese a su pequeña estatura, fue superando a todos sus rivales, con el mérito añadido de aguantar las tarascadas sin irse al suelo, se orientó para ganar ángulo y al final clavó el balón por la escuadra de Gulacsi gracias a un enorme disparo de rosca con la zurda. «Fui improvisando», dijo como si tal cosa. Se vistió de genio Brahim, que luego se retiró en el '82 con molestias en el gemelo. Fue su octavo gol en lo que va de temporada y su segundo en Champions, tras el firmado ante el Braga. Ya es el mejor registro de su carrera. Motivos sobrados para soñar.

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