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Es solo la cuarta jornada de la fase de grupos de la Champions, pero para este irregular Atlético se trata de un momento cumbre en la temporada. Tras vencer de forma agónica al Oporto, las dos derrotas consecutivas en Leverkusen y Brujas han dejado a ... los colchoneros sin margen de error en la máxima competición continental y la que da dinero, además de prestigio.
En otra noche de Brujas, el Atlético afronta un 'match ball' en contra con la felicidad de disponer de Griezmann, ya en propiedad hasta 2026, pero en una situación extraña. Su juego no convence, sus resultados no son buenos y se ha roto el idilio entre la hinchada y el Cholo Simeone, que puede cumplir su última temporada en Madrid aunque tiene un año más de contrato.
Además, hay runrún en torno al rendimiento y el futuro de Joao Félix. El luso ha perdido la titularidad, fue silbado en el último encuentro ante el Girona e incluso se especula con la posibilidad de que se marche en el próximo mercado de invierno si llega a la zona noble del Metropolitano alguna oferta buena. Tras costar 128 millones, la mayor inversión de la historia por parte del Atlético, sigue dejando solo destellos y no casa con el Cholo.
«Tenemos que ganar los tres que nos quedan si queremos estar en octavos de final», resumió el capitán Koke tras caer en Brujas por un rotundo 2-0, el mismo resultado cosechado en Alemania ante el equipo de la aspirina que ahora entrena Xabi Alonso y este miércoles recibe al Oporto. «Hay que tener tranquilidad, no hay que ponerse ansiosos y saber jugar este tipo de partidos que tenemos por delante porque está todo abierto», matizó, por su parte, el técnico argentino.
Al final, tres variaciones respecto al once que se impuso el sábado al Girona gracias a Oblak y a los postes. Lo más importante, la ausencia de inicio de un ariete de referencia porque Griezmann y Correa serán la pareja de delanteros, con Morata, Cunha y el citado Joao en el banquillo. Entran Saúl, Kondogbia y Lemar y se caen del equipo titular Carrasco, Witsel y Cunha.
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Enfrente estará un campeón belga que inició la competición como la 'cenicienta' del grupo y ahora acaricia los octavos de final después de tres victorias en serie que le otorgan una amplia ventaja de seis puntos sobre todos sus rivales. Seguramente, con un empate se asegure el pase al cruce por primera vez desde que la Champions se juega con su actual formato (92-93).
Aunque el Brujas perdió el pasado fin de semana ante el Westerloo (2-0) y es tercero en su país, a nada menos que ocho puntos del Amberes, el técnico Carlos Hoefkens asegura que la moral y la confianza de sus jugadores permanecen intactas. «Son dos competiciones diferentes y el reto es ganar de nuevo al Atlético», sostiene. Su principal amenaza es el catalán Ferran Jutglà, exdelantero del Barça que amargó la vida al Atlético con gol y asistencia en el estadio Jan Breydel y antes asaltó Do Dragao.
Simon Mignolet, invicto tras cuatro jornadas de Champions, se convirtió en el muro belga frente al que se estrelló una y otra vez el Atlético, que esta vez derrochó coraje y corazón, como le exige su himno, pero se queda al borde del KO. Salvo su alarmante falta de definición, un problema grave porque sin gol no se gana, nada que reprochar esta vez al equipo del Cholo Simeone, que dejó todo el partido en el banquillo a Joao Félix en una decisión controvertida que dará que hablar.
En un duelo casi a vida a muerte, sorprendió que Simeone prescindiera al inicio de un ariete de referencia y colocase a Correa y Griezmann como pareja de ataque. Dos bajitos, móviles y habilidosos en el juego entrelíneas para tratar de descerrajar al Brujas, que se presentó con tres victorias en el Metropolitano y se marchó clasificado. Los colchoneros, en cambio, tendrán que ganar al Leverkusen en casa y al Oporto en Do Dragao para estar en octavos.
Tras cierta confusión de inicio con el dibujo versátil de los belgas y un par de avisos del ghanés Sowah y el catalán Jutglà, de esos delanteros en racha que primero disparan y luego preguntan, el Atlético pasó a dominar con enorme claridad en el primer acto. Adelantó líneas, robó mucho y bien, con un Kondogbia imperial como ancla defensivo en lugar de Witsel, y si no marcó fue por su ya clásica falta de contundencia y por el exportero del Liverpool.
Atlético
Oblak, Molina, Savic, Giménez, Reinildo, Saúl (Cunha, min. 73), Kondogbia, Koke (De Paul, min. 60), Lemar (Morata, min. 60), Griezmann y Correa (Carrasco, min. 60).
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Brujas
Mignolet, Odoi, Mechele, Sylla, Buchanan (Mata, min. 83), Nielsen, Onyedika, Vanaken, Olsen (Meijer, min. 50), Jutglà (Balanta, min. 73) y Sowah.
Danny Makkelie (Países Bajos): Expulsó a Sowah por doble amarilla (min. 82). Amonestó a Buchanan, De Mil, técnico asistente del Brujas, Savic, Vanaken, Kondogbia y Mignolet.
Incidencias: Partido de la cuarta jornada en el grupo B de la Liga de Campeones, disputado en el Metropolitano.
Griezmann, motivadísimo tras su definitivo fichaje hasta 2026, y Correa, se asociaron de maravilla, fueron una pesadilla permanente, pero no marcaron. Unas veces por precipitación, otras porque se escoraron demasiado, algunas por falta de puntería y casi siempre por las intervenciones de Mignolet, las constantes llegadas del Atlético se quedaban en ¡uys!
Merecía vencer claramente a los puntos el Atlético, intenso, corajudo, veloz, ofensivo y sin pegada, pero se marchó al descanso casi que agradeciendo el empate a nada. Resulta que un córner a favor lanzado a las manos del portero se transformó en un contragolpe letal llevado por Buchanan. Aparentemente, fue objeto de un claro penalti cometido por Molina que el colegiado neerlandés indicó sin pestañear. Sin embargo, el VAR le instó a revisar y corregir la jugada por un pisotón previo evidente del canadiense al argentino. Incluso el veloz Buchanan vio la amarilla por la entrada.
Salió el Atlético en tromba tras la reanudación, pero tampoco recibió el merecido premio a su dominio e insistencia. Se le anuló a Correa un gol por fuera de juego, igual que en la primera parte ocurrió en una diana de Saúl, e instantes después Griezmann se topó con la salida de Mignolet en una ocasión pintiparada. En el rechace, con todo a favor, Correa se llenó de balón.
Más nervios, más prisas, mucho desgaste y triple cambio del Cholo, que buscó más piernas y más remate con Carrasco, Morata y De Paul, abucheado tras ese permiso por motivos personales que le dio el club y derivó en un viaje de juerga con su pareja. Entró también Cunha en lugar de un Griezmann agotado –cambio silbado–, pero el asedio acabó como empezó y sin Joao. Ni la pueril expulsión de Sowah descerrajó al Brujas. Hasta con la cara y a bocajarro la paró Mignolet. La incredulidad de Morata fue la de todo el Atlético.
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