Edin Terzic, entrenador del Borussia Dortmund, preparando la final de la Champions. Leon Kuegeler (Reuters)
Perfil

Edin Terzic, el ojeador de Klopp que no pasó de cuarta división

Hijo de un bosnio y una croata que huyeron de la guerra en la antigua Yugoslavia y en su día delantero sin suerte, el técnico pelea por devolver al Dortmund a la cima del fútbol europeo

Óscar Bellot

Madrid

Jueves, 30 de mayo 2024, 15:41

Edin Terzic (Menden, 1982) lleva al Borussia Dortmund en su corazón desde que tiene uso de razón. Hijo de un padre bosnio y una madre croata que llegaron a Alemania huyendo de la guerra en la antigua Yugoslavia, el técnico del conjunto de las abejas ... nació a 30 kilómetros del Westfalenstadion y visitó por primera vez el famoso recinto cuando solo tenía nueve años, pero jamás se atrevió a soñar que un día dirigiría al equipo de sus amores y, mucho menos, que podría encontrarse a solo un partido de devolverlo a la cima del fútbol europeo.

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La historia de Terzic es la de un obrero que fue quemando etapas hasta que un día el destino se cruzó en su camino para situarle en una posición de privilegio. Delantero en sus años mozos, militó en el Iserlohn 46/49, el Westfalia Herne, el Wattenscheid 09 y el Cloppenburg. Jamás logró pasar de cuarta división. Pese a ello, siguió preparándose con la esperanza de cumplir su objetivo de hacer carrera en el mundo del fútbol, su gran pasión.

Colgó las botas en 2010, estudió Ciencias del Deporte y entró a trabajar para el Dortmund. Comenzó realizando labores de ojeador para Jürgen Klopp, por entonces técnico del primer equipo, ejerció de asistente de Hannes Wolf en el sub-17, en el sub-19 y en el filial aurinegros y afrontó su primera experiencia en los banquillos dirigiendo al equipo sub-16, antes de que Slaven Bilic le ofreciese ser su ayudante en el Besiktas.

Pasaría dos campañas en Turquía (2013-2015) junto al técnico croata, al que acompañaría durante otras dos temporadas más cuando este se fue al West Ham (2015-2017). Fueron años de aprendizaje al lado de un entrenador para el que ya había preparado previamente un informe sobre la selección irlandesa, rival de Croacia en la Eurocopa de 2012, y que inmediatamente después quiso llevárselo al Lokomotiv de Moscú, sin que Terzic aceptase aquel reto.

En 2018, Terzic regresaba a Dortmund para ponerse al servicio de Lucien Favre. Viejo conocido de la Bundesliga y extécnico del Niza, el preparador suizo fue el escogido por los dirigentes del Dortmund para relevar a Peter Bosz, fallido sucesor de Thomas Tuchel cuando el bávaro puso rumbo al PSG. Tampoco le irían excesivamente bien las cosas a Favre, cuyo periodo al mando del cuadro aurinegro solo dio pie a levantar una Supercopa de Alemania. El 13 de diciembre de 2020, con el equipo ocupando la quinta posición en la Bundesliga y tras una estrepitosa derrota sufrida a manos del Stuttgart, el helvético fue cesado y Terzic pasó a primera fila.

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Sin dogmatismos

A sus 38 años, la misma edad a la que Carlo Ancelotti dirigía su primer partido de Champions, Terzic tomaba las riendas del Dortmund en calidad de técnico interino. Los aurinegros acababan de superar la fase de grupos de la Champions y estaban citados con el Sevilla en octavos. El debut de Terzic en la máxima competición continental se produjo en el Ramón Sánchez-Pizjuán, donde los visitantes se impusieron por 2-3 para encarrilar una eliminatoria que sellaron empatando a dos tres semanas después en el Signal Iduna Park. El Manchester City, subcampeón a la postre, les cerraría el paso a la final celebrada en Oporto.

El Dortmund acabó aquella Bundesliga en tercera posición, después de cosechar catorce victorias, tres empates y seis derrotas con Terzic. Para entonces la directiva, encabezada por Hans-Joachim Watzke, tenía ya seleccionado a su recambio, Marco Rose. Terzic dio un paso al lado, pero había dejado huella.

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De ahí que, después de que Marco Rose tampoco lograse responder a las expectativas, volviese a recibir la llamada del Dortmund para hacerse cargo del banquillo, esta vez ya sin la condición de interino. Alejado de dogmatismos –su filosofía era «marcar un gol más que el rival», según había proclamado a bombo y platillo la primera vez que fue elevado al cargo-, Terzic recogió el guante y su mensaje caló en la caseta. Rozó la Bundesliga tras su regreso, pero la perdió en la última jornada, cuando el empate del Dortmund en casa frente al Mainz, combinado con el triunfo del Bayern a domicilio ante el Colonia, dejó con la miel en los labios a un equipo que llegaba líder al desenlace. El Chelsea había sido su verdugo en octavos de la Champions.

En la campaña actual, el Dortmund de Terzic ha bajado dos peldaños en la Bundesliga –quinto-, pero ha ascendido tres escalones en la Champions. Wembley, donde los aurinegros sucumbieron once años atrás contra el Bayern, será escenario este 1 de junio de la tercera final de la máxima competición continental que tiene entre sus contendientes a las abejas. Al frente de las mismas, Terzic, el hincha que jamás se atrevió a soñar con ser el rey de la colmena.

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