El Atlético más genuino toma Old Trafford

El duelo generacional entre los portugueses Cristiano Ronaldo, autor de un triplete espectacular en el triunfo del sábado ante el Tottenham, y Joao Félix, líder del Atlético con cinco goles en los últimos cinco partidos, marca una cita que dejará un ganador y, sobre todo, un sonoro perdedor. Por mucho que en el primer se asalto reivindicó el plan colectivo del Cholo Simeone, capaz de asfixiar al United durante más de una hora, fue una excepción en un tiempo en el que los rojiblancos dependen de su mejor individualidad. El 'Menino' ha experimentado un crecimiento exponencial desde que, como su equipo, tocó fondo tras la derrota frente al Levante, y es quien alimenta los sueños de grandeza del Atlético.

Como Luis Suárez es carne de banquillo en las últimas fechas y Griezmann todavía busca el punto de forma tras dos meses lesionado, Joao Félix es el hombre. Sus últimos goles, cuatro de ellos antes del minuto 7, y su liderazgo, sirven de sostén a un Atlético que este curso solo ha ganado dos de sus siete partidos en la Champions. Victorias, eso sí, logradas como visitante, el 1-2 en San Siro ante el Milan y el 1-3 en Oporto que selló a última hora su billete de octavos. En diez años con Simeone, alcanzó dos finales, pero solo ha avanzado más allá de octavos en una de sus cuatro últimas participaciones.

Animado por su mejor racha sin perder desde septiembre, aunque no va más allá de cinco partidos, el Atlético está pendiente de Giménez, indiscutible cuando está bien junto a Savic en el eje de la zaga. El central uruguayo sufrió un percance en el sóleo el pasado viernes ante el Cádiz y en teoría iba a ser baja tres semanas, pero viajó y quiere alistarse. También está convocado Kondogbia, baja en los dos últimos partidos por una lesión muscular. Debido a las ausencias de Carrasco, por sanción, y Wass, Vrsaljko, Lemar y Cunha, por lesión, y a lo corto de la plantilla, Simeone ha desplazado a seis jugadores del filial.

Enfrente, el United da la sensación de no obedecer a un plan y de no confiar en su entrenador, Ralf Rangnick, pero disfruta de figuras que le rescatan. El mejor ejemplo es Cristiano, que a tres días de medirse en duelo al Atlético firmó el triplete número 59 de su carrera, segundo con los ingleses tras el de 2008 ante el Newcastle. Con 37 años y y 35 días, se convirtió en el segundo jugador más veterano en lograr un hat-trick en la Premier League, solo por detrás de Teddy Sheringham, que se lo hizo en 2003 al Bolton con 37 años y 146 días. El astro de Madeira ha respondido a quienes dudaban de su profesionalidad e implicación por ausentarse del derbi de Mánchester. Tiene en su punto de mira al Atlético y en dos semanas la respeca con su país para el Mundial de Catar.

CR7 es el ogro de los rojiblancos. Les ganó en el año de la 'décima' y 'undécima', les eliminó en la 14-15 y en la 16-17, les noqueó con un triplete con la Juventus y les ha anotado 25 dianas, solo por detrás de las 27 al Sevilla. El luso no es la única amenaza de un equipo pendiente de Bruno Fernandes y Luke Shaw, que parecen haber dejado atrás el coronavirus. David de Gea, que dio un falso positivo el sábado, será su guardián en el Teatro de los Sueños.

El clásico Atlético de Simeone ha regresado. Está de vuelta entre los ocho mejores equipos de Europa, en los cuartos de final de la Liga de Campeones. Lo hace fiel a su versión más genuina, pues ante el Manchester United del temido Cristiano Ronaldo blindó su puerta como en los viejos tiempos y picó como una avispa para rubricar el gol de Lodi que tomase Old Trafford y dejase por el camino a los diablos rojos, mucho menos sometidos que en el Metropolitano pero esta vez sí, castigados por la otrora característica fiabilidad colchonera.

Con dos habituales como Rashford y Pogba en el banquillo y sin Shaw, un puñal desde el carril izquierdo inglés, Rangnick revolucionó su planteamiento para ofrecer prestaciones diferentes a las del timorato partido de su equipo en Madrid. Cristiano Ronaldo era la gran amenaza, con ganas tras su 'hat-trick' contra el Tottenham. Entró en acción con un juego de malabares, queriendo marcar territorio desde ese costado izquierdo donde sembraba el pánico de blanco. Con el portugués muy activo, el United exhibió un par de marchas más que en el Metropolitano y llevó el peso del partido en el inicio, con el Atlético replegado a la espera de la contra.

Más allá de las buenas intenciones inglesas, el peligro para el Atlético se hizo patente en un descuido, que Bruno Fernandes aprovechó para servir a Elanga. El héroe del United en la ida remató de primeras con la zurda pero se topó con la providencial testa de Oblak. Poco ortodoxa intervención del guardameta esloveno pero igual de importante para preservar la igualdad en el partido y también en la eliminatoria. La respuesta foránea no se hizo esperar, con un disparo ejecutado por De Paul. Iba cargado de veneno y solo la respuesta felina de De Gea frenó la intentona colchonera.

El paso de los minutos le bajó las pulsaciones al duelo, todavía con mayor sensación de dominio local y una gran versión de Fred, con varios lujos técnicos propios de estrella. Mientras, el Atlético sufría sin control alguno de balón, demasiado expuesto en campo propio y con Joao Félix y Griezmann absolutamente desapercibidos en el desarrollo de la trama. El portugués apareció poco pero lo justo para enviar al fondo de la red un servicio del veloz Llorente, que no obstante había partido en fuera de juego. No subió al marcador el gol, pero resultó como aviso a un United claramente de más a menos en los primeros 45 minutos. Tanto terreno fueron ganando los hombres de Simeone que acabaron encontrando la ventaja justo antes de la pausa. Joao Félix y Griezmann combinaron al fin y el francés puso el centro desde el costado derecho que Lodi hizo bueno de cabeza en el segundo palo.

Ya obligado por el resultado, el United regresó del descanso volcado hacia el terreno rival. La primera ocasión la tuvo sin embargo el Atlético, con De Paul atento a las dudas de Maguire en el área inglesa. Tenía el balón el conjunto inglés, aunque se defendía con cierta comodidad el rojiblanco. Bien es cierto que una plástica volea de Sancho pudo romper el paraíso colchonero, pero se fue alto el intento.

Rangnick echó el resto para el tramo decisivo, reforzando su sala de máquinas con Pogba y Matic e introduciendo en la ecuación de su ataque el despliegue físico de Rashford y el gol de Cavani. Solo faltaba la clásica parada salvadora de Oblak para calcar el guion preferido del Cholo y acabó apareciendo en respuesta al poderío aéreo de Varane. Fue la más clara ocasión 'red devil' hasta el final, pues el Atlético protegió su ventaja con maestría, como en los viejos tiempos. El 'cholismo' ha vuelto.