

Secciones
Servicios
Destacamos
Hay dos reflexiones tras el naufragio del Real Madrid en Londres que explican bien a las claras la cruda realidad del vigente campeón de ... Europa, vivo aún en las grandes competiciones pero con el agua al cuello en Champions y en Liga. Carlo Ancelotti suele jugar al engaño, pero su cara era el espejo después de la debacle ante el Arsenal. Si la víspera dijo que lo importante es que Florentino Pérez no se ha cansado de él, en la noche de autos parecía asumir que tiene los días contados aunque le queda un año más de contrato. Hay quien asegura incluso que Xabi Alonso ya está firmado para el curso próximo.
«El responsable soy yo», confesó en las entrañas del Emirates el técnico más laureado en la historia del Real Madrid. «Tenemos pocas opciones», añadió con un rictus de resignación contrario a la filosofía ganadora del club. La segunda conclusión elocuente fue de Jude Bellingham en los medios ingleses. «Tuvimos suerte. Pudieron habernos marcado más. Hay un segundo partido y a eso nos aferramos. Necesitamos algo realmente especial, algo loco«.
Más allá de apelar al espíritu de Juanito, a aquella máxima suya de que '90 minuti en el Bernabéu son molto longo', de recurrir a los milagros, a la transformación del equipo blanco en noches especiales, a aquellas viejas remontadas ante el Derbi County o el Borussia de Moenchengladbach o a ese escenario embrujado que provoca pánico en muchos rivales, la situación es grave.
Correr poco
El fútbol suele estar peleado con los números y las estadísticas pero hay algunos que retratan a este Real Madrid. Para empezar, sus jugadores corrieron casi 12,5 kilómetros menos que los del Arsenal. Los ingleses hicieron 113,56 frente a los 101,16 de los madrileños, una diferencia abismal que refleja la actitud del equipo de Mikel Arteta y la del conjunto de Ancelotti. Y este registro, ofrecido por la UEFA, suele dejar patente que el Madrid casi siempre recorre menos kilómetros que sus rivales.
Fragilidad
Los disparos recibidos son otra pésima señal, una evidencia más de su fragilidad. Se trata del equipo al que más le rematan de la Champions, Hasta 79 veces han intentado probar al portero blanco, lo que contrasta con los 29 disparos recibidos por el Arsenal, el segundo al que menos le llegan. Para acercarse a los paupérrimos registros del Madrid en esta faceta hay que analizar al Feyenoord, con 74 disparos recibidos, y en tercer lugar al PSV Eindhoven con 67.
Noticia relacionada
Pérdida de pegada
Pero hay más. Con la llegada de Kylian Mbappé, Ancelotti asumió que su equipo iba a perder algo de su famoso equilibrio a cambio de ganar en pegada. Pero ni con la presencia de los cuatro magníficos el Madrid es capaz de corregir su fragilidad defensiva con su pegada tradicional. Los blancos se han quedado sin marcar en sus dos últimos partidos de la Champions, ante el Atlético y el Arsenal, algo que no sucedía desde el lejano marzo de 2009, con Juande Ramos en el banquillo y en una eliminatoria ante el Liverpool.
Sin hambre
Cuando insiste casi como un mantra en mejorar la actitud y la intensidad, significa que que la mentalidad de los jugadores no es acorde a la exigencia del club. Tras ganar Liga y Champions el curso pasado, el bajón es evidente. La diferencia de ambición, de hambre, que están mostrando esta campaña los jugadores de Hansi Flick, respecto a los pupilos de Ancelotti, es enorme. Un equipo, el Barça, presiona junto y juega en 50 metros, mientras que el Real Madrid tiende a partirse y se hace larguísimo.
Caída de los brasileños
Esa falta de colmillo se les está notando especialmente a los brasileños Vinicius y Rodrygo, señalados tras la severa derrota del martes en el Emirates. Desde que no ganó el Balón de Oro y Florentino Pérez decidió protegerle y que nadie del club acudiese a la gala, Vini se ha ido cayendo. Desequilibra cuando aparece, como en el último tramo del duelo copero ante la Real Sociedad, pero no es el mismo, como si tuviera celos de Mbappé. El feo detalle de lanzar un mensaje elogiándose por ser tan goleador como Ronaldo Nazario después de caer ante el Valencia, ha sentado fatal en el madridismo. Parte de la crítica vería incluso con buenos ojos un traspaso.
Falta de liderazgo y rebeldía
El Madrid también acusó en Londres falta de liderazgo y de rebeldía. Se echaron en falta jugadores capaces de echarse el equipo encima, tirar de él y cambiar la dinámica del partido. El Madrid se quedó sin capacidad de reacción tras los dos golazos de falta anotados por Declan Rice. Tipos como el lesionado Carvajal se echan de menos en estos momentos.
Política de fichajes
La crítica también mira hacia el palco por la confección de la plantilla. Florentino Pérez prefirió invertir en Mbappé, se supone que el mejor del mundo, que reforzar el grupo con algún central, laterales y centrocampistas. Carvajal y Mendy están lesionados, pero llegar a una cita cumbre con Valverde y Alaba como defensas titulares es sintomático. Tampoco es de garantías un centro del campo con Camavinga, que igual que Tchouaméni no rinde como se esperaba, y el veteranísimo Luka Modric.
Inmovilismo de Ancelotti
El problema se agrava porque, además, Ancelotti no confía en jugadores como Güler, Brahim o Endrick que rejuvenecieron el equipo, ni en el lateral Fran García. Tampoco mira hacia la cantera, hasta el punto de que Raúl Asencio solo alcanzó la titularidad cuando a Carletto no le quedaba más remedio.
Más galones que meritocracia
Ancelotti siempre ha antepuesto los galones a la meritocracia a lo largo de su carrera y le ha ido de maravilla. A estas alturas ya no va a cambiar, pero su apuesta por ejemplo de David Alaba como lateral izquierdo ante el Arsenal resultó un fiasco. A diferencia por ejemplo de Simeone, se trata de un técnico poco intervencionista en el transcurso de los partidos. Tarda en hacer los cambios y suelen ser los habituales. En Londres por ejemplo, tuvo que ver ya todo perdido para modificar el once y sus dos primeros cambios fueron para sustituir a los laterales.
Tensión y diferencias
El duelo del Emirates dejó también la sensación de que igual en la plantilla ya no comulgan con algunos postulados de su entrenador. Significativa la charla que mantuvo Ancelotti con Camavinga y Bellingham, quien negaba incluso con la cabeza. Vinicius también ha tenido momentos de tensión con el entrenador en partidos recientes. Carletto parece estar superado incluso a la hora de asignar los lanzadores de penalti, como si dejase a sus estrellas que se pusieran de acuerdo entre ellas. La tensión es latente. No es normal que Courtois acusase públicamente a sus defensas de hacer «dos faltas innecesarias» que preludiaron los golazos de Declan Rice.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Destacados
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.