El Liverpool sentencia en Da Luz

Más allá de las dudas en la competición doméstica, las 'águilas' han conseguido mostrar su mejor versión en la Champions para alcanzar por primera vez en seis años la antepenúltima ronda de la competición, su tope histórico desde la final del 90 contra el Milan de Sacchi. Buena culpa de ello la tiene el delantero uruguayo Darwin Núñez, capaz de firmar hasta 27 dianas este curso. Cuatro de ellas fueron en la Liga de Campeones, incluida la que decidió la eliminatoria de octavos contra el Ajax en Ámsterdam, auténtica sensación de la fase de grupos con un pleno histórico.

El ex del Almería y el factor ambiental de Da Luz tratarán de frenar a la engrasada máquina 'red', que cuenta con una terna de atacantes capaz de intimidar a cualquiera. Salah, Diogo Jota y Mané presumen de más de sesenta goles esta temporada entre todas las competiciones y son las puntas del tridente ideado por Klopp, tan propenso al fútbol de ida y vuelta y sin ganas de repetir los apuros que pasó en la vuelta de octavos frente al Inter, la única derrota del Liverpool en el año 2022. «Hay mucha calidad y experiencia en el Benfica. Quizás no esté donde quiere estar en su liga, pero es un rival duro», advirtió el técnico alemán, que cuenta con toda su plantilla a disposición, incluido el recuperado Alexander-Arnold.

Encomiable el orgullo y el esfuerzo de los lisboetas, que por primera vez en seis años compiten en cuartos de la Champions, su récord desde la final del 90 contra el Milan de Sacchi, pero no les llegó para complicarle al Liverpool la eliminatoria sobre el papel más clara. Sin hacer un partido magnífico, más bien una faena de aliño, sobre todo en una segunda parte en la que se dejó llevar bastante, el equipo de Jürgen Klopp se impuso claramente ya en el primer asalto, disputado en un Da Luz abarrotado, y debe sellar sin mayores problemas en Anfield el billete de semifinales. Perdieron pero compitieron las aguilas ante un un enemigo que lucha por todo mientras que ellos están muy alejados en la liga lusa del Sporting y el Oporto.

El Liverpool no se distrajo de inicio pensando en que el próximo domingo se juega media Liga en el Etihad ante el City y en el primer período impuso su ley, la de un equipo que combina físico, calidad y pegada quizá como ninguno. Es verdad que su valentía le permite conceder ocasiones, pero maneja todos los registros. Con el balón, mucho mejor que el Benfica. Y si las águilas volaban, al contragolpe las fulminaba.

Se habla siempre mucho de Mané y Salah, pero ojo con los laterales 'reds', extraordinarios sobre todo en ataque. De sus botas nacieron los dos goles con los que el equipo de Klopp resolvió media eliminatoria en el primer tiempo. Primero, Robertson le puso un caramelo a Konaté en un saque de esquina, y en el segundo Alexander-Arnold se inventó un pase genial al colombiano Luis Díaz que acabó en el 0-2 de Mané.

Sí frenaron los británicos tras el descanso, lo que permitió crecer a los lisboetas, que acortaron pronto distancias tras un pase de Rafa Silva, un error en el despeje de Konaté y la definición con temple del uruguayo Darwin Núñez, un ex del Almería capaz de firmar ya 28 dianas este curso. Pudieron incluso empatar poco después, pero Allison abortó el disparo de Everton. Molesto, Klopp retiró de una tacada a Thiago, Salah y Mané. El problema, sobre todo, era que había desaparecido el centro del campo. Lo mejor para los 'reds' es que el Benfica bajó el ritmo, roto por el enorme esfuerzo. Y en un zarpazo final, el colombiano Díaz abrochó la victoria visitante.