El Atlético, a octavos gracias a las rebajas de Mónaco

El 'Tigre' se ganó el corazón de una hinchada que pide su sitio en el paseo de leyendas del Metropolitano, algo que no ha sucedido porque no alcanzó el centenar de encuentros con la rojiblanca ante de irse al principado donde empezó una carrera de altibajos desde que hace un lustro sufriera una grave lesión de rodilla que le tuvo muchos meses de baja y le costó la Copa del Mundo de 2014, aunque su esfuerzo por alcanzarla le desplazó de su mejor nivel.

En las dos últimas campañas, tras dos cesiones sin éxito a la Premier, ha vuelto a sonreír: campeón de la Liga y semifinalista de la Liga de Campeones aunque su amigo Diego Simeone, con el que ya había coincidido en River Plate, llevó al Atlético a cotas olvidadas (una Liga y dos finales de la Champions) en ese periodo. Con el argentino el equipo siempre compite mientras que el Mónaco vive angustiado en la Ligue 1: sólo ha ganado dos de sus últimos 19 choques.

Eso sí, el último triunfo (0-1 al Caen) llegó hace unos días con gol del propio Falcao y supuso la primera victoria de la 'era Henry', tras cuatro derrotas en las primeras seis semanas que les ha dejado en la penúltima plaza de la Ligue 1. Aún tiene posibilidades de clasificarse como tercero de grupo (pese a tener sólo un punto) y aspirar a la Europa League aunque el Brujas parece bien colocado para tal objetivo tras el 0-4 en el Louis II. En principio parece que Henry volverá a dar minutos a los jóvenes para suplir los huecos que dejan las distintas lesiones . «Esta victoria nos puede traer algo de serenidad. Veremos cómo sigue la cosa, es mejor cuando uno gana, pero no vamos a lanzar las campanas al vuelo, esto no es más que el principio, quedan muchos partidos y batallas por venir», dijo Henry tras sumar tres puntos.

El otro protagonistas del partido será Thomas Lemar, llegado a Madrid por 70 millones de euros. El francés podría empezar en el banquilllo ya que Simeone (pese a tener 9 puntos ya y estar invicto en sus siete partidos en su estadio, donde suma seis duelos europeos sin encajar) no piensa en emociones sino en lograr tres puntos que le darían el acceso matemático a octavos sin esperar a la derrota del Brujas en Dortmund. Las bajas en defensa (Juanfran, Godín y Giménez) le han aclarado la defensa por delante de Oblak. Arriba también tiene tocado a Diego Costa, al que le podría sustituir Kalinic. En el centro del campo es donde tiene las dudas: Thomas, Saúl, Vitolo, Correa e incluso Thomas Lemar pueden estar en el once junto a Rodri y Koke. Las dinámicas hacen preveer una tarde de alegría local (el partido arranca a las 18:55) ya que el cuadro rojiblanco sólo ha sufrido dos derrotas en sus 19 encuentros oficiales de esta temporada y de los 28 encuentros europeos que ha disputado el Atlético en su estadio en la 'era Simeone' sólo ha perdido dos y ganado 21.

Aunque apenas se esperan 450 seguidores monegascos, habrá altas medidas de seguridad para el partido ya que está previsto que participen en el dispositivo más de mil efectivos (entre miembros de la Brigada Móvil, de Caballería, Unidades de Prevención y Reacción (UPR), de las Unidades de Intervención Policial (UIP), Guías Caninos, Subsuelo y de la Oficina Nacional del Deporte de la Policía Nacional, SAMUR-Protección Civil, Policía Municipal, Cruz Roja y vigilantes de seguridad del Atlético.

Mónaco es considerado uno de los lugares más glamourosos del mundo pese a tener apenas 2 kilómetros cuadrados de superficie. Su equipo está muy lejos de eso ahora mismo. Ningún turista optaría por perder dos horas de su vida en el principado viendo un partido del equipo local. En el Metropolitano completó una actuación casi esperpéntica, ante un Atlético que tuvo la opción de evitar desgastarse tras comenzar ganando en el primer minuto con un gol de rebote. Sólo al final remoloneó un poco y le pudo costar caro.

Es complicado recordar un equipo que haya pasado por el estadio que acogerá la final de la máxima competición europea con tan poco nivel. En cualquier competición. Incluso los que fueron goleados dejaron mejor recuerdo. Elche y Lleida propusieron un encuentro digno y los catalanes, pese a estar virtualmente eliminados, mantuvieron el empate y sus opciones de triunfo una hora de duelo. Incluso el Leganés, que se llevó cuatro, atacó más y se presentó en el área con intención y alma.

Los monegascos, agobiados por verse en puestos de descenso en la Ligue 1 por su escaso fútbol y compromiso, se presentaron con un once en el que tenían cuatro adolescentes pero quizá les hubiese ido mejor con todos los que estaban en la grada tras completar su duelo de la Youth League. No hubiesen desentonado y seguro que al menos hubiesen aportado más intensidad y entusiasmo.

Desde ese punto inicial hay que analizar el duelo con el que el Atlético obtuvo la clasificación matemática para los octavos de final de la Champions League, objetivo perdido la pasada campaña por dos empates ante un Qarabag que también golearía a ese conglomerado que ahora mismo dirige Henry, que parecía no tener claro ni el sistema pero tampoco la idea de juego.

Con todas las facilidades del mundo, y más desde que en la primera llegase un gol afortunado de Koke, Griezmann disfrutó aprovechando el pasillo que había por la izquierda. Desde allí llegó el 2-0, tras una gran jugada de Correa, dejó en el suelo a un rival y Griezmann, gustándose, anotó con el exterior del pie izquierdo cruzado el pase atrás.

Lo celebró junto a Lemar, que rozó un tanto falta directa pero el palo lo evitó, haciendo yoga. Podían haberse quedado fuera del campo, que ni con dos más hubiesen sufrido los locales. Oblak, que alcanzó su partido 50 en Champions (26 de ellos sin encajar) ni se manchó antes del descanso. El que si lo hizo fue Griezmann, que se fajó en defensa y se llevó la única amarilla del primer acto. 'Grizzi', que asumió no haber estado la temporada pasada a su nivel y eso había influido en la eliminación rojiblanca, se esmeró en demostrar su liderazgo. Simeone, viendo el panorama, optó porque Koke no regresase de la caseta para conceder minutos a Vitolo y más tarde a Kalinic por Lemar.

Sucedió poco después de que la entrada de Falcao hubiese animado al personal, que coreó sus canciones y recordó con cariño aquella etapa del colombiano, y contagió algo de coraje a los visitantes. Fue el propio 'Tigre' el que completó el primer disparo a puerta. Mostró ganas, aunque no acierto en el área. La media hora final se igualó algo más al menos en la posesión. La grada disfrutaba de una tarde plácida: hacía planes pensando en la cena y en las opciones de acceder a las rondas de febrero como primeros de grupo.

De todos los presentes sólo Simeone parecía enchufado al duelo, ya que lamentó que Benaglio evitase el tercero de Thomas desde lejos. Y tenía razón, porque Savic se puso en medio de un disparo de Tielemans y la pelota pegó en su mano. Segunda amarilla y penalti con diez minutos por delante. Pero Falcao no lo metió entre palos y evitó que el Metropolitano viviese el clásico final con taquicardia de la 'era Simeone'. El final fue extraño, porque Simeone parecía enfadado por las llegadas que concedieron los suyos, ya con diez, y Henry contento de no haberse llevado una goleada.