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p. ríos
Jueves, 9 de marzo 2017, 17:32
Si Verratti, un Xavi a la italiana, el fichaje que debería haber hecho el Barça hace años para mantener el estilo, acaba un partido con 26 pases cuando suele rondar los 90 es que en el PSG «no funcionó nada», afirmación de Thiago Silva. Si ... hasta Ter Stegen (28) hizo más pases que él, el asunto ya es hiriente para Unai Emery. Pero la estadística que demuestra que una remontada de este tipo no solo se puede resumir en un arbitraje o en la suerte es lo que sucedió desde el minuto 85.
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Con Piqué ya instalado de delantero centro junto a Suárez, Busquets de 'más o menos' central con Mascherano y Umtiti, Messi ya alejado del área para colgar algún balón como el del penalti del 5-1, el Barça recuperó el cerco en campo contrario de la primera parte. Y desde el minuto 85 al 95 (ese en el que Verrati hizo una falta en la frontal de su área a Ter Stegen», el PSG solo dio cuatro pases. ¡Y tres fueron de centro para sacar tras los últimos tres goles del Barça! Hubo miedo escénico del PSG, exceso de respeto quizás, pero también un último arreón del equipo de Luis Enrique, creyendo como nunca en la palabra de su técnico: «Podemos marcar seis goles y tenemos 95 minutos para ello». Esa fue su frase en la previa porque intuía que el PSG marcaría. Y lo clavó todo. Como reconocía Gerard Piqué a Rakitic en el mismo césped: «Es la más gorda que hemos hecho».
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