El Atlético cree en la victoria

Pues el día había tenido susto desde varios aficionados del club neerlandés. Al mediodía de este martes, algunos de ellos habían increpado y ridiculizado a un grupo de indigentes en la madrileña Plaza Mayor. En probable estado de embriaguez, ciertos fans arrojaron monedas a las personas sin hogar y ofrecieron billetes de 5 euros como irónica recompensa a quien hiciera más flexiones.

Evitó males mayores el rechazo de otros turistas a lo que allí sucedía, pero tensaba un duelo declarado de alto riesgo por la Comisión Antiviolencia. No en vano, el último Atlético-PSV ya se había convertido en un efecto colateral de la violencia en el mundo del fútbol. Aquel encuentro fue el 26 de noviembre de 2008 y tuvo que disputarse a puerta cerrada, debido a una sanción que arrastraba el club español.

La condena, impuesta por la UEFA, se estipuló después de graves incidentes protagonizados en el estadio colchonero por la afición del Olympique de Marsella. Además de una multa económica, el Atleti fue obligado a recibir sin público al club de Eindhoven. El ambiente de tal cita en 2008 con la de este martes fue radicalmente distinto, a tenor del silencio durante la primera y el griterío durante la segunda.

Ese «Atleti, nunca dejes de creer» fue el preludio de otra sonora pitada a la musiquita de la Champions League, como usual símbolo de queja ante la UEFA y precisamente por aquella trifulca de acento marsellés. Justo a continuación, todo el Calderón coreó el himno rojiblanco para ningunear a los 2.700 hinchas visitantes. Tocaba demostrar «quién manda en la capital» de España antes del agónico triunfo, disfrutado ensordecedoramente por los locales con el definitivo penalti marcado por Juanfran.