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Ignacio Tylko
Miércoles, 9 de marzo 2016, 10:20
Cuando gracias a un gol de Hulk el Zenit acariciaba una prórroga que quizá podría clasificarle para cuartos de final de la Champions por primera vez en su historia, Nico Gaitán truncó sus ilusiones e hizo estallar de júbilo a una parte importante de Lisboa. ... Asistente de Jonas en el solitario gol de la ida en Da Luz, el argentino estuvo atento esta vez para empujar de cabeza el rechazo del travesaño tras un disparo enorme del mexicano Raúl Jiménez, ese ariete abnegado que no pudo triunfar en el Atlético de Madrid.
En plena fiesta de las Águilas, el brasileño Talisca logró la victoria en la última acción del partido. Fue salir, besar el santo y forzar la primera derrota de André Villas-Boas en casa ante un equipo de su país. Aunque El Zenit ganó cinco de los seis partidos en la fase de grupos, esta eliminación dejará sabor amargo al famoso técnico portugués que en verano dejará a los nuevos ricos de Rusia.
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El ajustado resultado de la ida y al marcado perfil táctico de los dos equipos ya hacían presagiar un duelo muy cerrado en el viejo estadio Petrovski, frío y húmedo al estar a orillas del río Nevá y del que el Zenit se despidió en Europa para pasar a jugar en un gran recinto, sede del Mundial de Rusia 2018.
Debía remontar el gol de Jonas para acceder por vez primera a cuartos de la Champions, pero el cuadro de Villas-Boas se lo tomó con mucha calma. Como si la primera premisa fuera la de no encajar un gol. Y la segunda, hacer un ejercicio de paciencia.
Bajas superadas
Aunque los de Rui Vitoria acusaban numerosas bajas en defensa al faltar los Luisao, Lisandro, Jardel, André Almeida y el portero Julio César, no se vieron inquietados en todo el primer acto. Sólo les generó incertidumbre un cuerpeo del ariete Dzyuba y un tiro de falta de Hulk que se marchó cerca de la portería tras golpear en la barrera.
Embalado hacia el título en su país después de ganar los tres últimos partidos y superar al Sporting de Lisboa, el Benfica se organizó con mucho orden y supo gobernar la situación a partir de la posesión de balón. Se sintió entonces cómodo porque los rusos no les atosigaban con una presión alta.
A falta de media hora sí aceleró el Zenit, con Smolnikov y Shatov ya en el campo. Y pronto encontró premio con el gol de Hulk, que cabeceó a placer un gran centro de Zhirkov. Pudo haber falta previa del lateral zurdo a Semedo, quien pecó de inexperto al quedarse tirado y no seguir la jugada.
Dominaban ya claramente los rusos, pero una acción aislada el Benfica transformó el panorama. Tremendo disparo lejano del mexicano Raúl Jiménez, balón suelto en el área pequeña tras rozar el portero y golpear el balón en el larguero, y el gol más fácil de su vida del atento Gaitán. Aún faltaba la participación de Talisca en la fiesta portuguesa.
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