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Juanjo Gonzalo
Miércoles, 4 de noviembre 2015, 02:47
La oportunidad de dejar el pase a octavos de final sellado era excelente, con dos partidos de grupo aún por delante, y el Valencia no la supo aprovechar. Incluso el Zenit hizo los papeles en su partido frente al Olympique de Lyon, pero los pupilos ... de Nuno no estuvieron a la altura de un rival que dominó gran parte del choque. Entre el sopor y las dudas, los valencianistas se vieron desbordados desde el primer suspiro de un encuentro que ya comenzó mal para el conjunto 'che'. Las continuas llegadas del Gante tenían como destino a Milicevic y Depoitre, el gran estilete del equipo de Vanhaezebrouck, que llegó a la cita entre algodones tras haberse lesionado en el último encuentro del campeonato local. Fue el primero quien tuvo la mejor ocasión en la primera mitad, con un extraordinario remate de cabeza, en el que únicamente el larguero se interpuso en su camino hacia el gol.
Tenía muy claro el Gante que se jugaba la vida en la Liga de Campeones y lo demostró realizando un partido muy serio y agresivo. El premio a la constancia llegó en los primeros minutos del segundo tiempo con un tanto de Kums, en un claro penalti cometido por Barragán. El lateral gallego no jugaba de titular desde el partido de Liga contra el Betis en el mes de septiembre. De nuevo fue Negredo uno de los grandes protagonistas antes del encuentro en Bélgica, cuando se dio a conocer la lista definitiva de 18 hombres y el delantero madrileño no estaba en ella. Volvió a quedarse en la grada, junto al argentino Orbán. Una novedad, la del castigo del técnico portugués, que cada vez sorprende menos. Quien finalmente sí pudo estar sobre el terreno de juego fue Feghouli, uno de los jugadores más destacados de la temporada y un fijo en los planes de Nuno, que ha superado unas molestias en el pie.
Sin apenas presencia ofensiva durante todo el partido -sólo disparó a puerta en una ocasión y de manera tímida-, al Valencia no le funcionaron ni siquiera los cambios. Únicamente logró reaccionar tras el tanto de los belgas, que no perdieron el orden en ningún momento, apoyados por el animoso público que abarrotó las gradas del coqueto Ghelamco Arena y estalló de júbilo al finalizar el encuentro. Sensaciones bien diferentes a las del equipo español, que dejó escapar una oportunidad de oro para cerrar la clasificación y se llevó un jarro de agua fría en su visita a Gante. Una oportunidad de la que volverán a disfrutar ante el todopoderoso Zenit en San Petersburgo.
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