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Amador Gómez
Miércoles, 21 de octubre 2015, 03:20
Después de 179 minutos con el Atlético en la Champions, Jackson Martínez por fin se estrenó como goleador rojiblanco en Europa y Simeone y su equipo festejaron el afortunado tanto del delantero colombiano como si valiera un título. Sólo sirvió para sentenciar el triunfo ante ... el rival más propicio del grupo, el desconocido Astana, únicamente preocupado por la lucha por la liga kazaja y dedicado exclusivamente a defenderse sin éxito en el Calderón, donde el Atlético afrontó un partido muy cómodo y celebró, aparte de una victoria que era previsible, la recuperación de Jackson para la causa, y también un golazo de vaselina de Óliver Torres.
El Atlético y Jackson se aprovecharon de la debilidad del Astana para resarcirse del tropiezo ante el Benfica, dar un nuevo paso hacia a octavos y seguir aspirando al liderato final de grupo, en un duelo muy desequilibrado en el que los rojiblancos fueron de menos a más, relanzados mediada la primera parte por una jugada de laboratorio culminada por un taconazo de Saúl Ñíguez que permitió que el partido se abriese y se acabasen los bostezos en el Calderón. Se lo tomó con mucha calma y con muy poca claridad ofensiva el Atlético hasta que inauguró el marcador, pero ese tanto dio alas a los de Simeone, a los que les faltó eficacia para que el triunfo fuese aún más abultado.
El partido estaba marcado en rojo en la agenda de Jackson y Simeone para que el colombiano rompiese de una vez su sequía y se liberase de la presión, y el ariete procedente del Oporto marcó dos, aunque el primero se lo anularon por fuera de juego de Griezmann, sólo dos minutos antes de que batiese al Astana con rebote incluido en un defensa y remate que se tragó el portero. En el bando local, sin embargo, en la única ocasión de los kazajos, cuando ya perdían por 3-0 gracias al talento y un toque sutil de Óliver Torres ante Eric, Oblak volvió a hacer uno de sus paradones, para mantener la portería del Atlético a cero, ya en diez de sus doce últimos partidos europeos en el Calderón.
Aunque el encuentro de los rojiblancos no fue brillante, sí hubo que destacar, aparte de la rehabilitación de Jackson, el rendimiento del belga Yannick-Carrasco, que ofrece desborde y más vertientes de ataque al conjunto de Simeone, quien también quiso conceder a Fernando Torres la oportunidad de lograr un gol, pero al final se lo arrebató Dedechko, que marcó en propia puerta. Cuando el 'Niño' saltó al campo, el Atlético ya estaba demasiado frío, porque había vuelto a aflojar el ritmo y las llegadas locales ya fueron muy esporádicas. El objetivo, ante un rival que se dejó a la mitad de sus titulares en Kazajistán e incluso no llegó a completar la convocatoria -sólo tuvo a cuatro suplentes- ya estaba cumplido con creces. Y sin necesidad de malgastar fuerzas.
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