Messi desnivela el duelo de emociones

Pero no se achicó Guardiola en el Camp Nou. Apostó por el enmarcarado Lewandonski y aunque dejó a Götze en el banquillo ni Bernat ni Rafinha se limitaron a defender. Así, el duelo se convirtió en una lucha de poderes, en un duelo por el mando en el que las revoluciones enfrentaron a jugadores precipitados en su búsqueda del gol en el que la posesión fue para el Bayern (53%), pero el resultado para el Barça (3-0).

En las carreras de presión, en los rondos a toda velocidad, se sucedieron las llegadas la portería pero fue Manuel Neuer quien desniveló el partido. Primero detuvo un cara a cara a Luis Suárez y después a Dani Alves antes de que los ánimos se suavizaran en los vestuarios. El segundo período no rebajó las ganas ni la ansiedad de los contendientes, pero los equipos se asentaron más y se perdió el aire de correcalles. En esas apareció el jugador más desequilibrante, Lionel Messi, con un tanto a menos de 15 minutos del final para romper su mala racha de cuatro partidos europeos consecutivos sin anotar, a sólo uno de su peor sequía. Por si no quedaba claro por su disparo desde el borde del área, en la siguiente jugada pausó el tiempo frente a Boateng, dio un latigazo con su pierna izquierda, colocó con suavida con la derecha y un instante después el segundo gol estaba en la cuenta azulgrana. Después de tanta igualdad el argentino había desnivelado un partido que rompería con un pase en el tiempo añadido que dejó a Neymar a solas con Neuer y el brasileño se apuntó el tercero, la goleada y un paso en la final de Berlín.

El partido de vuelta se disputará el martes en Múnich.