La 'Juve' más italiana vuelve a semifinales 12 años después

Con su experiencia y oficio, a falta de fútbol, la Juventus, que recuperó los tres centrales en Mónaco ante un rival que hizo méritos para forzar al menos la prórroga en el Luis II, sacó sus mejores armas, las de la contención y el orden, aunque especuló demasiado tan echado atrás y se arriesgó a un disgusto, para frustrar al modesto conjunto de Leonardo Jardim, al que no le bastó con su ambición y su poderío físico. Con su conservador plantemiento de defensa e intento de contragolpe, aguantó con éxito y sólo se estiró y decidió controlar en campo contrario la Juventus en la recta final cuando ya tenía el trabajo hecho y el contrario ya pagaba el esfuerzo y había perdido todas sus esperanzas.

Tras una primera mitad igualada en la que Chiellini se jugó la segunda amarilla, tuvo sus mejores momento el Mónaco al comienzo de la segunda, aunque con la Juventus entonces casi colgada del larguero, no hubo ninguna posibilidad. La Juve, con la lección muy bien estudiada, siempre se encontró cómoda en campo contrario. Al fin y al cabo, ese es el estilo que más le gusta, aunque sea contrario al espectáculo. Ante todo, la eficacia. Y los italianos están de vuelta.