P. Ríos
Lunes, 16 de marzo 2015, 20:12
Cuando un jugador con el peso específico de Sergio Kun Agüero confiesa a sus íntimos que pasar a cuartos de final de la Liga de Campeones sería salvar la temporada significa que el Manchester City transita en una situación en la que ya nadie se ... siente seguro. Encadenando tropiezos en la Premier League, el último el sábado ante el penúltimo clasificado, el Burnley (1-0), el equipo de Manuel Pellegrini ha puesto el título en bandeja al Chelsea de José Mourinho y hasta el errático Arsenal de Arsène Wenger amenaza su segunda plaza. Eliminado de la FA Cup, sin Copa de la Liga, la única aspiración es clasificarse por primera vez en la historia para los cuartos de final de la principal competición europea porque eso significaría avanzar en algo en una temporada de estancamiento e incluso de retroceso.
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Suena Rafa Benítez como próximo entrenador, aunque poco tiene que ver su estilo con el de Ferran Soriano y Txiki Begiristain, al frente del club. Y crece la rumorología respecto a que Carlo Ancelotti, si deja el Madrid, acabará en el Etihad Stadium. Los jugadores también participan de la inestabilidad deportiva, con varios fichajes a punto según la prensa inglesa, un hecho que aumenta su malestar, y futbolistas importantes que se irán, como Touré Yaya.
Pero ese punto dramático todavía hace más peligroso al City, con calidad individual y colectiva para hacer un estropicio en cualquier estadio del mundo. En los octavos de final de la pasada temporada, por ejemplo, el conjunto inglés jugó mucho mejor en la vuelta, pese a la derrota 2-1, que en la ida, cuando el, Barça se impuso 0-2. Ahora, con 1-2, el City se agarra a aquellas buenas sensaciones dejadas en el Camp Nou, aunque no se puede olvidar que el partido del miércoles no arranca con 1-3 de milagro por el penalti que Hart le paró a Messi en el minuto 93, con el posterior remate del argentino perdiéndose fuera de forma incomprensible.
Luis Enrique concedió descanso a sus jugadores este lunes, aunque fueron muchos los que acudieron a la Ciutat Esportiva, señal de implicación. Entre ellos Messi, que ha adelantado en el Pichichi liguero a Cristiano Ronaldo y tiene unas ganas enormes de desquitarse del error de la ida en el Etihad Stadium, donde hizo un partido extraordinario, aunque sin gol. Faltará seguro Sergio Busquets por esa lesión en el tobillo que seguramente tampoco le permitirá disputar el clásico. Mascherano le sustituirá en la media. Se pierde control y circulación, pero se gana físico y capacidad para rectificar los posibles desequilibrios.
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