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Casillas (i) habla con Cristiano Ronaldo.
La «vergüenza» insolidaria del Madrid
REAL MADRID

La «vergüenza» insolidaria del Madrid

El vestuario blanco se resquebraja, sin actitud ni espíritu de equipo, y con Ancelotti, Bale y Casillas entre los señalados

Amador Gómez

Miércoles, 11 de marzo 2015, 19:45

Cuatro intocables entre once, garantizados en el equipo titular por un entrenador puesto de nuevo en la picota por la afición y las altas esferas del Real Madrid. Un riesgo no medido por Carlo Ancelotti, que aseguró, «siempre que estén bien» -que no es el caso-, la presencia entre los elegidos de la BBC (Bale, Benzema y Cristiano). Hace menos de dos semanas, también del ídolo del Bernabéu, Isco, afectado por el cansancio provocado por la sobrecarga de partidos y contagiado por la apatía general de un equipo que no sabe a lo que juega y evidenció la noche del martes una preocupante falta de actitud.

Además de Carlo Ancelotti, acusado de «mano blanda» con los suyos y de ser incapaz de reaccionar ante las adversidades, entre los futbolistas señalados, no sólo por los seguidores blancos, sino también por sus propios compañeros, se encuentra uno de los «innegociables», Bale, que no encaja en el vestuario de una plantilla que ya está dando demasiadas muestras de desunión. Pese a que Iker Casillas quiso demostrar lo contrario al ejercer de capitán y obligar a los futbolistas a aguantar la pitada del Bernabéu desde el centro del campo, en un gesto del portero que ha sido interpretado de pupulista, el vestuario del Real Madrid se resquebraja y el equipo refleja, dentro y fuera del terreno de juego, caos anímico, físico y táctico. Ya sin espíritu solidario, el equipo se le ha ido de las manos al técnico, que no encuentra explicación a la debacle blanca.

La «vergüenza» que lamentó Cristiano Ronaldo ante Benzema al término del humillante 3-4 ante el Schalke, supuestamente dirigida por el crack portugués al público del Bernabéu, salpica a todos, pero a los ojos del Bernabéu alcanza, especialmente, al entrenador y dos futbolistas. A Ancelotti, por no encontrar soluciones, conceder crédito ilimitado a demasiadas figuras y seguir apostando por un sistema 4-3-3 que se rompe por el medio y genera recriminaciones entre los jugadores; a Bale, máximo representante del individualismo, por no estar dispuesto a plegarse al sacrificio defensivo, por mucho que se lo reclame Cristiano; y a Casillas, porque el Bernabéu no aguanta un solo error del portero y en la vuelta de octavos de la Champions falló en tres de los cuatro goles.

Casillas es el presunto líder de una plantilla con titulares acostumbrados a la relajación e integrantes desmotivados de un banquillo ya de por sí residual, pero tras estar el Madrid al borde de una eliminación histórica, tuvo que batallar por reunir a sus compañeros para pedir perdón a los aficionados. No acabó de convencer a Cristiano, pese a los intentos del guardameta con un futbolista enfadado consigo mismo y con el mundo, mientras que a Isco tuvo que tirarle de la camiseta y también debió Casillas insistir a Khedira para ir al círculo central a aguantar la bronca de una grada que en Champions es bastante más generosa que en la Liga pero que no soporta la indolencia. «Quise hacerlo porque es mejor para todos que el aficionado vea cuanto antes que el equipo entiende sus discrepancias con nosotros», justificó Casillas en referencia a una decisión que ha provocado división de opiniones entre el madridismo.

Sergio Ramos, el otro peso pesado de la plantilla, símbolo del carácter que se le exige al Real Madrid y eje de una defensa que el martes permitió hasta 20 disparos del rival, ni siquiera estaba convocado, aunque el gran artífice de la décima estimaba estar ya preparado para reaparecer ante el Schalke. El Madrid afrontó el choque europeo con el halo de superioridad que le daba el 0-2 de Alemania, pero el sufrido choque de vuelta, en el que se vio desarbolado por tan limitado conjunto germano, se puso en evidencia que, aparte de la ausencia de fútbol, uno de los mayores problemas del equipo blanco es físico. Cristiano acusó a Bale de no bajar a defender, pero de los componentes del tridente ofensivo fue el luso el que menos corrió (10,8 kilómetros), mientras que Benzema firmó 10,8 y el galés 11,2, aunque no colaboró, como es habitual, nada en tareas defensivas. En global, el Real Madrid recorrió casi diez kilómetros menos que el Schalke y, una vez más, fue el mediocentro encargado de servir de ancla, Kroos, quien más despliegue demostró, aunque el alemán, exprimido por su técnico, ya da síntomas incluso de problemas físicos. Y a su lado Ancelotti prefirió otra vez a Khedira. Otro reto a Florentino Pérez, mientras el centrocampista de los 39 millones (Illarramendi) quedaba inédito.

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