Secciones
Servicios
Destacamos
Ignacio Tylko
Miércoles, 18 de febrero 2015, 01:45
Pese a tener que jugar de rosa, con una indumentaria indeseada por los jugadores desde que con ella cayeron a finales de agosto en Anoeta (4-2), el equipo de Carlo Ancelotti salió convencido de que no podía fallar ante el Schalke, muy limitado técnicamente. ... Para no sufrir y no verse sorprendido, el Real Madrid sólo debió ser muy profesional, un grupo concentrado, intenso y motivado, las tres virtudes que le exigió públicamente el técnico italiano. No fue una obra brillante, ni siquiera notable, pero el vigente campeón se impuso por calidad, dominio y experiencia.
Hubiera ganado por más en caso de necesitarlo, pero el resultado es más que suficiente para la vuelta porque estos alemanes son de lo más rudimentarios. Muy planos, mecánicos y encima mermados por las bajas de Draxler y el peruano Farfán, entre otras. Cristiano Ronaldo no hizo el partido de su vida pero se reencontró con el gol, el séptimo en esta Champions, y abrió el camino. No era una diana más, ya que le igualaba a Raúl y Messi como máximos artilleros de la gran competición continental con 76. Y Marcelo certificó el triunfo con un derechazo enorme poco después de que Platte avisara y despertara a los visitantes con un disparo que astilló el travesaño.
En una decisión que provocará controversia, Carletto se decantó por Lucas Silva y dejó de lado a Illarramendi, que cayó en desgracia desde su mal partido el curso pasado precisamente en tierras alemanas, aunque fue en Dortmund y en cuartos de final, no en Gelsenkirchen y en octavos.
El brasileño es un joven recién llegado que sólo había disputado 20 minutos en el duelo del pasado fin de semana ante el Deportivo pero ya está por delante del guipuzcoano, al que sorprende que no dejarán salir del club en el mercado invierno. Jugó a la derecha de Kroos, que sigue de hombre ancla, mucho más retrasado que en el Bayern. El ex del Cruzeiro tuvo la virtud de no complicarse la vida. Guardó la posición e intervino poco. Sólo quiso el balón para pararlo y pasarlo rápido a un compañero situado cerca. Seguramente cumplió lo que le dijo el técnico.
Un enorme disparo con la derecha de Marcelo dejó al Real Madrid virtualmente clasificado para cuartos de final de la Champions. De ahí su inmensa alegría tras el partido. «Estoy muy contento porque hemos vuelto con buen pie a Europa, hemos ganado a un grandísimo equipo y he logrado un buen gol que se lo dedico a mi sobrino, recién nacido, y lo fui a celebrar con el entrenador, con Keylor Navas y con otros compañeros que estaban en el banquillo», dijo el lateral brasileño.
¿Eliminatoria decidida? «Tenemos que jugar en el Bernabéu con la misma humilidad que en Gelsenkirchen. El Real Madrid siempre va a muerte. Tenemos que recuperar el nivel del año pasado, pero estamos ahí», consideró Marcelo, feliz también por el gol de Cristiano, aunque aseguró que no le veía al portugués obsesionado con marcar».
Como se esperaba, el campeón se encontró a un Schalke mucho más junto y cerrado que el año pasado. Con Jens Keller trataba de atacar y dejaba espacios. Con Di Matteo, que escatima métodos vistosos y sólo busca resultados a cualquier precio, es un bloque que se mete atrás y espera sorprender en acciones aisladas. Actuó con tres centrales pero en realidad en muchas fases su zaga era de seis, ya que se sumaban los dos laterales y un medio defensivo.
El Real Madrid se lo tomó con suma paciencia. Comenzó con balones largos, quizá para evitar alguna pérdida peligrosa que espoleara a los 'mineros'. Sólo cuando Kroos e Isco entraban en escena, se veía algo diferente. El teutón, por su paciencia, presencia y visión; el malagueño, por esa depurada técnica que siempre deja algún control maravilloso o regate sorprendente. Tardaron los madrileños en probar a Wellenreuther, el jovencísimo portero de 19 años que sólo ha jugado tres partidos en la Bundesliga y seguramente estaba nervioso ante un adversario de tanta enjundia.
Lesión de Huntelaar
Más allá de un tiro lejano de Lucas Silva, que salió desviado y enfadó a Cristiano, y de un buen desvió de Iker Casillas a tiro de Huntelaar, que le botó delante al portero, no había ocasiones en el típico duelo contenido de ida. Pero bastó una genialidad de Carvajal, elegido en su día el mejor lateral de la Bundesliga, para desequilibrar la contienda. Cambió el perfil, centró con la zurda y ese simple movimiento despistó a dos centrales y al portero, que se quedó a media salida y facilitó el cabezazo de Cristiano a portería vacía. Después de tres partidos de sequía, el portugués volvía a exhibir su pegada. Poco después, lanzó un golpe franco con precisión pero sin potencia. Favoreció la estirada para la foto del niño Wellenreuther.
Para el Schalke todo eran malas noticias. Afrontó el partido sin jugadores básicos encima pronto se lesionó Huntelaar tras golpear a Varane. Tuvo que entrar el ariete Felix Platte, un pipiolo de 19 años con sólo una participación en la Bundesliga. Pese a ir perdiendo, Di Matteo no varió el dibujo. Antes de la hora de partido, introdujo a un defensa como Kirchhoff para jugar de medio. Y fue él quien hizo una fea entrada a Carvajal.
La segunda parte fue todavía más aburrida que la primera. Los germanos jugaban a la lotería con algún tiro lejano, como ese de Platte que rechazó el travesaño, y los españoles daban la sensación de conformarse. Un error. Por sus gestos, también lo vio así Ancelotti, que les pidió un poco más. Introdujo a Chicharito en lugar del griposo Benzema y a continuación Marcelo firmó un golazo con la derecha. Y se fue a abrazarse con su técnico. Misión cumplida.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Carnero a Puente: «Antes atascaba Valladolid y ahora retrasa trenes y pierde vuelos»
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.