Rodrigo Errasti Mendiguren
Martes, 17 de febrero 2015, 00:16
El Chelsea se llevó un gran botín de su visita a París, donde quedó claro que un portero también gana títulos. Thibaut Courtois, el mismo le que privó alcanzar la final de Lisboa estando cedido en el Atlético, hizo posible que el conjunto inglés no ... regresase a Stamford Bridge con una bolsa llena de balones. El belga fue héroe ya que completó hasta seis acciones de mérito (tres espectaculares ante Ibrahimovic, Matuidi y Cavani) para hacer valer el tanto de su compañero Ivanovic, el mismo jugador que anotó los dos goles más importantes en la historia continental del club: el de Múnich que hizo posible la Champions y el de Amsterdam que supuso la Europa League un año después. Pese a disponer de todo un potencial ofensivo, José Mourinho optó por la cautela quizá recordando el 3-1 de la edición pasada. Su apuesta por la defensa puede considerarse acertada mirando al marcador y al hecho de que el valioso gol a domicilio llegó en una acción ofensiva de tres de sus defensas. Cahill la rozó de tacón e Ivavonic, el defensa con alma de '9' la mandó con su testa a la red.
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Blanc, consciente de que había tenido hasta tres ocasiones claras de gol frenadas por el meta rival, no varió nombres al descanso. El PSG no encontraba los espacios porque se obsesionó al buscar el centro pese al atasco originado por su rival, en el que Fábregas fue media punta dejando muy sólo a Costa y que apostó por defender primero y después buscar acciones áreas o a balón parado. Decidió usar un 4-2-31, con Matuidi descolgándose, Verrati liderando en medio y Cavani por dentro. Su rival no le presionaba, pese a que Luiz como mediocentro dejó dudas a la hora de crear.
Estaba el técnico galo meditando si habría funcionado la variante cuando en el césped, pese al ritmo aplatanado del duelo, Matuidi aprovechó que allí no estaba Ivanovic, que Willian no ayudó a cerrar para poner un zurdazo al corazón del área donde Cavani, sólo entre centrales, adelantándose a Cahill para cabecear picado a la red. Espoleado por la grada se animó y gozó de ocasiones claras para llevarse una mejor renta.
El PSG perdona
Courtois, a un centímetro de los dos metros, fue al suelo para sacar un pie para frenar el gol de Ibrahimovic y el rechace golpeado con virulencia por Matuidi no besó la red porque el milagroso tobillo de Azpilicueta evitó que se convirtiese en el 2-1. Mourinho vio el asunto peligrar y optó situar a Cuadrado delante de Ivanovic, con amarilla y que estaba sufriendo con las internadas de Matuidi, quizá el mejor de los parisinos. Cavani hizo una croqueta dentro del área para irse de Matic y Terry, pero su punterazo final no fue entre los palos tras haber superado al muro belga.
El uruguayo no llegó a conectar una espectacular chilena a pase de Pastore, decisivo en el mismo duelo, y que apareció por el campo para inquietar a un Chelsea cada vez más encerrado. Ya en la prolongación, la cabeza de Ibrahimovic se estrelló de nuevo con el héroe Courtois, que metió la mano para evitar hubiese premiado el esfuerzo y mejor propuesta de los franceses, que saben de la dificultad de salir alegre de Stamford Bridge el próximo 11 de marzo.
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