Plácida noche para la 19ª victoria consecutiva

Se cumplieron los pronósticos en el último partido previo al cruce de octavos, con victoria muy cómoda, Cristiano otra vez goleador y el once madridista previsto, para dejar ya sentenciado el choque antes del descanso en lo que fue un paseo madridista. Curiosamente, salvo el último gol del canterano Medrán, todos los demás salieron desde el córner -también el primero se originó tras un saque de esquina-, algo nada habitual en un equipo que suele demostrar en el marcador su superioridad a base de pegada al contragolpe o en jugadas elaboradas, aunque la elogiada creación se les haya ido apagando a los blancos en los últimos encuentros. En cualquier caso, con la contundencia que tiene el Madrid arriba, los goles le llegan casi sin querer y de cualquier manera, como demostró Arbeloa desde la posición de delantero centro, algo que el discutido lateral probó en más de una ocasión. Incluso poco antes de ese tanto Arbeloa también remató de cabeza al larguero.

En un choque muy desequilibrado con escasas motivaciones, pese a la insistencia de Cristiano en aumentar su cuenta de goles y a la intención desde el comienzo del Madrid de poner pronto otra muesca más en busca del récord mundial de las 24 victorias consecutivas que ostenta el Coritiba brasileño, Carlo Ancelotti también se permitió experimentar tras el descanso. Tras el cambio obligado de Marcelo por Coentrao, el técnico italiano dio entrada a Jesé por alguien que lo juega todo y se queja de estar cansado (Kroos), para potenciar a priori un ataque plagado de delanteros, con el propio futbolista canario (por la derecha), Bale (por la izquierda), y por el centro Cristiano y el desafortunado Chicharito, aunque el delantero portugués casi pasase desapercibido en el segundo tiempo. El Ludogorets, con uno menos durante casi una hora y cuarto, exigió muy poco al Madrid, y los blancos, con Illarramendi y Kroos como mediocentros de salida, apenas le puso intensidad y permitió jugar y llegar demasiado a los búlgaros. Para conseguir el récord en solitario y seguir goleando no precisaba esforzarse más.