Luis Enrique
Fútbol

Messi conduce al Barça hasta octavos

Dos goles del argentino vencen la resistencia del Ajax y le permiten igualar a Raúl como máximo realizador de la Champions

Ignacio Tylko

Miércoles, 5 de noviembre 2014, 01:07

Después de dos derrotas consecutivas, un río de críticas y los primeros gestos ariscos de Luis Enrique hacia los periodistas, el Barça afrontaba un examen muy serio en el Amsterdam Arena, precursor de los estadios modernos en Europa y una joya arquitectónica. Necesitaba un buen ... resultado y una buena imagen. Consiguió el triunfo y celebró los dos goles de Messi que le sitúan junto a Raúl como máximo artillero en la historia de la Champions con 71 tantos, uno más queCristiano Ronaldo, pero no logró convencer plenamente. Ganó con justicia pero en el primer tiempo sufrió las acometidas de los holandeses y se le vio desgobernado en el centro del campo a pesar de jugar Xavi, todavía muy importante para este equipo, y Rakitic, con Busquets como escudero.

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Messi copa titulares y portadas por su marca y su notable desempeño, que no alcanza el sobresaliente porque los recuerdos de su excelencia lo impiden, pero la otra gran noticia fue la ausencia de Piqué, un tipo que lleva mal camino. Estuvo calamitoso en el clásico con ese penalti absurdo, sólo justificado por un supuesto resbalón, luego se quedó fuera de la convocatoria ante el Celta y protagonizó la escena del móvil en la Supercopa de Cataluña. Luis Enrique le dejó fuera ante el Ajax y apostó por Bartra y Mascherano en el eje de la zaga. Pero no sólo el experimentado central tiene la culpa de la inconsistencia defensiva de este Barça que, sin embargo, estuvo ocho jornadas de Liga sin ver perforada su portería y salió indemne de un feudo donde el curso pasado hincó la rodilla. Dani Alves no está bien desde hace mucho tiempo, pero tiene la suerte de que su técnico desconfía de Montoya. Ante el Ajax volvió a subir a destiempo y fue vulnerable en defensa. Más asentado en el costado izquierdo Jordi Alba, salvador en tres acciones durante la primera parte y protagonista en un contragolpe que acabó con una buena parada del portero Cillessen.

Los jóvenes ajacied cumplieron las órdenes de su técnico y salieron muy valientes, con una presión alta. Frank de Boer les animó a mirar de frente a las estrellas, disfrutar de un partido extraordinario y mostrarse al mundo en el gran escaparate. En la primera media hora, el Ajax superó claramente en la posesión al Barça, imitador del viejo modelo de los años setenta. Todo un síntoma de que los culés no vivían felices. Perdían pronto el balón, padecían en su repliegue defensivo y no llegaban porque Luis Suárez y Neymar estaban desconectados. Y encima no ayudaban nada en las labores de contención, algo de lo que se quejó Alba en varias ocasiones.

Xavi marca los tiempos

Los azulgrana crecieron ya en el último tramo del primer acto, precisamente tras esa galopada del lateral que triunfó en el Valencia y que se las tuvo tiesas toda la noche con el El Ghazi, un extremo holandés de origen magrebí al que se le considera la última gacela del Ajax. El duelo era intenso pero no tan duro como para que el portugués Pedro Proença sacase seis tarjetas amarillas antes del descanso. Messi, siempre el más activo de los atacantes, avisó en un golpe franco. Cillessen realizó una gran parada, pero falló poco después al permitir que Bartra le robase la cartera por alto y asistiese a la Pulga, que marcó de cabeza el extraño gol que desnivelaba la balanza.

El Barça manejó con solvencia la segunda parte porque supo darle pausa al juego y defenderse a través de la posesión de balón. Xavi manejaba los tiempos y el dominio era claro. Pero le faltaba cerrar la victoria para evitar sustos. Luis Suárez aún no está fino tras cuatro meses sancionado. Falló una oportunidad pintiparada en un mano a mano con el portero. En otra ocasión, en lugar de buscar la vaselina sobre Cillessen buscó un pase imposible a Messi. Frank de Boer recurrió al delantero polaco Milik, una joven promesa que enseguida cabeceo en plancha al poste, libre de toda vigilancia. Era la última bala de los holandeses, en inferioridad la última media hora por la expulsión del central Veltman y rendidos tras el segundo acierto de Messi, tras gran pase del recién entrado Pedro. El rosarino buscó el triplete hasta el final. Deseaba restarle aún más protagonismo a Cristiano, flamante Bota de Oro.

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