Xabi Alonso: «Necesitaba nuevos estímulos tras conseguir la ‘décima’»

Todo estaba bien medido y meditado. Primero fue el club bávaro el que confirmó el jueves el acuerdo entre las tres partes. Luego, el centrocampista pasó reconocimiento médico en Múnich. Horas después, el Real Madrid anunció el traspaso. Y pasadas las once de la mañana de este viernes, el de Tolosa compareció en la sala de prensa del Santiago Bernabéu con traje azul marino, corbata a juego con lunares blancos y esa barba bien cuidada de modelo, para detallar los motivos de tan repentino traspaso.

A la hora del adiós, mostró su eterno agradecimiento al Real Madrid, al presidente, a los compañeros, a la afición y a los tres entrenadores que le han permitido crecer Manuel Pellegrini, José Mourinho y Carlo Ancelotti-, y reconoció que se trataba de la decisión más difícil de su vida. Entiende que había llegado el momento oportuno de un cambio, que en Lisboa se acabó un ciclo y que el Bayern, un club con la misma ambición de ganar que el Madrid, le ofrece ese acicate que ya no encontraba en Chamartín.

Tomó la palabra en primer lugar Emilio Butragueño, director de Relaciones Institucionales del club. Fue pródigo en halagos al guipuzcoano, que en noviembre cumplirá 33 años y por cuya ficha la entidad merengue se ahorra seis millones brutos por temporada. Han sido cinco años de profesionalidad, de ejemplo fuera y dentro del campo. Xabi interpretó lo que representa el escudo, la camiseta y los valores. Nos ayudó a conseguir muchos títulos, entre ellos la décima. Ha decidido abrir un nuevo camino en su vida y el club le quiere respetar, aunque él sabe que aquí tiene su casa y que se recuerdo permanecerá en la memoria y el corazón de los madridistas, dijo Butragueño.

Ha sido la determinación más complicada de mi carrera, pero muy meditada. Soy honesto conmigo mismo y con el Real Madrid. Hay que saber cuando decir adiós y éste es el mejor momento. He disfrutado mucho, hemos conseguido grandes cosas y ahora se abre otra etapa, respondió Alonso al recoger el testigo.

Tras señalar a Florentino Pérez cómo un ejemplo de hacer las cosas y recordar a unos compañeros con los que ha sufrido, disfrutado y llorado, agradeció a los empleados del club que le permitieran estar como en casa e integrarse en una ciudad en la que ha palpado el latido, y a la afición que le diera todo el cariño que un jugador necesita. Nunca voy a dejar de formar parte de la gran familia madridista, enfatizó.

Confesó que el interés del Bayern fue bastante reciente, ya que surgió en las dos últimas semanas. Reconoció que pidió irse al club a pesar de sentir que tanto Ancelotti como el presidente aún le querían. Negó que se tratase de una rabieta por el fichaje de Toni Kroos y se mostró seguro de que hubiera disfrutado de muchos minutos en caso de continuar. Las críticas a raíz del Mundial tampoco han influido para nada, garantizó. Ha sido una cuestión más de sensaciones y de saber detectar cuando llega el momento, insistió.

Sabe que se marcha a un rival directo del Real Madrid pero remarcó que necesitaba un nuevo impulso anímico. Reveló que conversó con Pep Guardiola antes de fichar, pero dejó claro que aún no sabe al detalle lo que el técnico catalán quiere de él. Restó importancia al hecho de irse con un entrenador duramente enfrentado en los últimos años al club blanco, sobre todo en la etapa de Mou. La gente del fútbol entiende que lo que ocurre en el campo se queda ahí. Es una cuestión de fútbol mucho más sencilla, afirmó.

Estar a las órdenes de Guardiola le pueda ayudarle en su idea de ser entrenador en el futuro. Es una etapa en la que voy a aprender. He tenido la suerte de trabajar grandes entrenadores, mi padre también fue técnico y mi puesto de mediocentro necesita conocimiento táctico, adujo el mediocentro, convencido de que el Real Madrid se queda con una gran plantilla, muy equilibrada. Se detuvo en su paisano Illarramendi. Necesita tiempo para conocer bien el club, el equipo, las exigencias e ir madurando. Estoy seguro de que dará el nivel, vaticinó.

Alonso había renovado en enero por dos años, con un aumento sustancial de su ficha de cuatro a seis millones netos, pero entiende que eran circunstancias diferentes. Entonces venía de una ilusión y ahora es una ilusión. Tengo ganas de conocer a mis nuevos compañeros, apostilló.

Desvinculó su adiós a La Roja, tras 11 años y 114 entorchados internacionales, de su fichaje por el Bayern. La marcha de la selección la tenía bastante meditada. Era el momento correcto. Después de unos años fantásticos, debía cerrar esa etapa. Era antimadridista cuando jugaba en la Real Sociedad, pero desde dentro entendió que se trata del mejor club del mundo.