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El fútbol no escapa de los intolerantes y racistas. Hace unas semanas le sucedió a Tyrone Mings en Bulgaria jugando con la selección inglesa, después a Mario Balotelli contra el Verona y ahora a Taison Barcellos Freda en Ucrania. El delantero del Shakhtar Donestk ... fue expulsado por denunciar con frustración y rabia las actitudes racistas durante un partido de la liga ucraniana ante el Dynamo de Kiev.
Los brasileños del Shakhtar, Dentinho y el citado Taison, fueron la diana de muchos insultos xenófobos durante el encuentro. En el minuto 73, Taison hizo falta a su defensor y acto seguido, al escuchar de nuevo los cánticos racistas, el atacante hizo una «peineta» a los aficionados visitante del Dinamo y chutó el balón hacia esa parte del estadio para mostrar su indignación.
El árbitro del encuentro mostró la tarjeta roja a Taison por conducta antideportiva y el brasileño se dirigió al túnel de vestuarios llorando arropado por jugadores del Dinamo. Su compañero Dentinho se echó a llorar por todo lo que tuvieron que vivir durante el partido por una parte de la afición rival, que mostró una especie de tarjeta donde se apreciaba un jugador de su equipo y la frase «Me gusta el racismo» para que se viera que muestran su rechazo hacia la política contra el racismo promovida por instituciones como UEFA y FIFA.
Até quando? 😢
Corinthians (@Corinthians) November 10, 2019
Muita força a @dentinho e Taison, que lamentavelmente foram vítimas do asqueroso racismo no jogo entre Shakhtar Donetsk e Dínamo de Kiev, na Ucrânia, hoje.#SayNoToRacism #NoToRacism #RacismoNuncaMais pic.twitter.com/Zl0lAXJbe3
«¿Hasta cuando? Mucha fuerza a Dentinho y Taison, que lamentablemente fueron víctimas de asqueroso racismo en el partido entre Shakhtar Donetsk y Dínamo de Kiev», lamentó Corinthians a través de las redes sociales con varios mensajes de rechazo a lo sucedido como #SayNoToRacism #NoToRacism #RacismoNuncaMais. El Shakthar Donetsk ha emitido un comunicado denunciando los hechos pero el Dinamo de Kiev tan solo ha publicado un tuit con la consigna de «no al racismo» pero no ha emitido ningún comunicado al respecto.
Por desgracia en los últimos tiempos se está convirtiendo en más habitual de lo deseado. Sobre todo en Italia, en cuya Liga no se dejan de vivir situaciones vergonzosas de racismo en sus estadios, y no parece que vayan a detenerse. Hace unos días pasó en la Europa League con los hinchas de la Lazio - contestados por Olivier Ntcham tras marcar el 1-2 con una celebración que algunos entendieron imitaba la posición en que murió Mussolini -apenas unos días después de que Mario Balotelli, ahora en el Brescia, fuese protagonista no deseado en Verona.
El delantero, cansado de los gritos que llegaban de la grada, cogió el balón con sus manos y lo lanzó hacia una parte de la afición como hizo Taison para después intentar abandonar el campo, mientras sus compañeros y rivales intentaban evitarlo. «Yo ya no juego más», gritó. El partido estuvo detenido durante unos minutos y volvió a reanudarse como si nada hubiera pasado. De hecho Balotelli marcó un gol en el minuto 85 de encuentro, pero que no pudo evitar la derrota de su equipo por 2-1.
Mario Balotelli responded to the racist chants by kicking the ball into the stands.
ESPN FC (@ESPNFC) November 3, 2019
His teammates and match officials convinced the striker to remain on the pitch. pic.twitter.com/vvzuY7oBHZ
El colegiado de ese encuentro, que al principio había amonestado al delantero por coger el balón con las manos durante la acción, retiró su tarjeta al conocer lo que realmente había sucedido.
En Verona ya insultaron al marfileño Franck Kessie, del Milán, al francés Blaise Matuidi, de la Juventus, que también vivió la misma situación en Cagliari junto a Moise Kean y donde Romelu Lukaku lo sufrió con el Inter. El problema es que a veces algunos buscan justificar el comportamiento de los tifosi. De hecho, se acusa a la Federación Italiana y a la liga del país de estar poco involucrados con el problema.
«La UEFA está comprometida con hacer todo lo posible para eliminar esta enfermedad del fútbol. No podemos permitirnos estar satisfechos con esto, debemos esforzarnos siempre por fortalecer nuestra determinación», insistió hace una semanas el presidente de la organización Aleksander Ceferin cuando en un duelo entre Bulgaria e Inglaterra el central Tyrone Mings, defensa del Aston Villa y antes en el Bournemouth, sufrió abusos desde la grada por parte de aficionados búlgaros que le gritaron cánticos de simio, le hicieron el saludo nazi y usaron camisetas con un lema 'UEFA No Respect'.
Después de cinco minutos con el duelo parado y, ante la persistencia de los cánticos, el colegiado paró el partido. Raheem Sterling, otro de los futbolistas que sufrió los gritos de mono cuando tocaba la pelota, dijo «sentir pena por Bulgaria de que estén representados por esos idiotas en el estadio», dijo el delantero, que criticó también al entrenador de Bulgaria, Krasimir Balakov, que antes del encuentro había asegurado que el racismo no era un problema en su país y en rueda de prensa dijo no haber escuchado nada desde el banquillo.
Horas después Balakov y el presidente de la Federación, Borislav Mihaylov, dejaron su cargo antes de que UEFA hiciera oficial la sanción: cierre de un partido del estadio Vasil Levski de Sofía, que ya había visto reducida su capacidad para el partido por gritos racistas en los duelos de junio ante Kosovo y República Checa.
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