«La gente joven de España representa sacrificio, esfuerzo y superación»

–Después del anuncio del cambio de nombre al estadio de Haro por el suyo, el reconocimiento de Jarrero Ilustre cuando se proclamó Campeón de Europa en 2015, y todos los obsequios de hoy, ¿le queda algún reconocimiento por recibir de su ciudad?

–Estoy muy emocionado, es algo que se escapa un poco... Yo empecé esta andadura pensando en cumplir etapas. Para mi todos estos reconocimientos, evidentemente, son una muestra de afecto y generosidad por parte del pueblo. Yo he cumplido con mi trabajo. Pero el hecho de que su paisanaje le dedique a uno estos elogios... es lo máximo, estoy superado. Soy doblemente privilegiado: por hacer lo que me gusta y, además, por recibir premios en mi propio pueblo. Quiero explicar que por la situación pandémica este recibimiento ha sido así, íntimo, lo que correspondía por la situación. Pero ya llegará el momento de hacerlo en otro escenario y con mucha gente,

–¿Le queda profesionalmente algo más por alcanzar?

–Por supuesto. Yo soy de la opinión de que siempre se puede mejorar y se pueden hacer las cosas mejor. Es mi intento diario, ser lo mejor en todo. En lo profesional y lo personal. Así que espero que tengan que darme más reconocimientos, estaremos en ello.

–La labor del seleccionador es un poco desconocida fuera de las concentraciones y los partidos. ¿Cómo es su día a día?

–Yo también lo descubrí justo cuando llegué a la Federación, después de muchos años en el fútbol. Me di cuenta del trabajo ingente que se realiza. El seguimiento de jugadores, visionado de partidos, reuniones con clubes, con coordinadores de clubes para recabar información de los jugadores,... es un trabajo diario, además del que requiere cuando hay competiciones. Aquí no hay pausa, afortunadamente el mundo del fútbol no para. Y el del seleccionador tampoco, porque tienes que estar al día de cada jugador y conocer su realidad.

–En ese seguimiento de jugadores, ¿qué papel desempeña la tecnología?

–Afortunadamente, en este tiempo de pandemia ha sido lo que nos ha salvado a todos el trabajo. Porque no hemos podido acudir a estadios. En época normal hay que desplazarse con frecuencia para este seguimiento.

–Es consciente de que dirige un grupo que ha marcado la historia del fútbol español, como sucedió en Barcelona'92. ¿Se lo esperaba cuando llegaron a Tokio?

–Cuando llegamos teníamos dos objetivos: luchar por una medalla de oro y luchar porque todo el país se sintiera orgulloso de un grupo de jugadores y de trabajo que iba a dejarse la vida en el empeño. Y así ha sido. Luchamos hasta el último minuto y nos sentimos ganadores. No perdimos una medalla de oro, ganamos una de plata, la tercera en la historia del fútbol español. Estamos orgullosísimos. E hicimos que toda España se enganchara con una gente joven que representa muchos de los valores de crecimiento, superación, esfuerzo, sacrificio. Eso es la gente joven en España.

–¿Hay prisa por hacerles crecer?

–En el fútbol y la vida tenemos siempre prisa por adelantar procesos y el fútbol demanda gente joven de calidad. Con capacidad para rendir bien. Soy un ferviente convencido de que la gente joven, capacitada, cuando se da oportunidad, confianza y seguridad, no falla nunca. Ni en el deporte ni fuera de él. Pero en el mundo del deporte la apuesta y la confianza son claves.

–Tras la final, ¿hubo brindis con Rioja? ¿De Haro tal vez?

–Por supuesto. No en Japón, porque allí no podíamos, pero sí al llegar a España. Cuando estuve más tranquilo y valorando lo conseguido, por supuesto lo celebré con un buen vino de mi tierra.

–¿Qué es lo primero que ha hecho al llegar a Haro?

–Cuando llegué ayer fui a visitar a mi Virgen de la Vega. Hoy estoy aquí, con mi Ayuntamiento y mi presidente de la federación riojana, Jacinto Alonso, que siempre me acompaña. Con mi gente, mi pueblo y mi familia.

–En un futuro lejanísimo, ¿podría llegar a ser técnico jarrero?

–Lo que sí te digo es que en un futuro me gustaría volver a vivir a Haro. Llevo muchos años fuera y, de un tiempo a esta parte, a uno le entra la añoranza y muchos recuerdos que me invaden y me hacen sentir que hay algo que me hace recuperar de nuevo la idea de vivir en Haro. Lo que venga después, ya se verá. Igual ya soy muy mayor (ríe). Sí me gustaría volver y disfrutar de mi pueblo el tiempo que no he podido dedicarle tras tantos años fuera.