El fútbol sala como trampolín al estrellato

«Es una escuela formidable. Aprendí a jugar en los espacios pequeños, restringidos. En el fútbol sala adquirí mis cualidades en la definición y en el dribling», señaló el francés Wissam Ben Yedder, goleador del Sevilla, que fue seis veces internacional con su país en fútbol sala antes de explotar en los grandes terrenos con el Toulouse. «Moussa Sow (internacional senegalés), Abdellah Joubir en Lens... Hemos tenido prácticamente cada año un jugador que ha salido del equipo nacional para jugar en un club profesional. Esto es algo positivo, aunque perder cada vez a nuestro mejor jugador ha ralentizado nuestra progresión en la clasificación mundial», explica a la Afp Pierre Jacky, seleccionador francés de fútbol sala.

Pero, ¿qué aporta concretamente esta disciplina que permite aumentar las opciones de tener éxito en el fútbol 11? Todos los antiguos practicantes comparten la misma opinión: gracias al alto ritmo de juego y a la necesidad de tener que gestionar muy rápidamente los pequeños espacios, aporta una visión de juego superior que es aplicable al fútbol 11. «Es un deporte mucho más dinámico y hoy en Europa no hay muchos espacios, por lo que se tiene que pensar rápido. El fútbol sala me ayudó en este terreno», señaló Neymar en 2014.

Su compatriota Hulk añade: «el balón llega más rápido, por lo que debes ser ágil para poder proyectarte hacia el ataque y esto ayuda mucho en un terreno tradicional». «Hay que saber que el fútbol sala es el fútbol concentrado y simplificado. Es la entrada ideal para luego jugar al fútbol. Hay que ver a todo el mundo todo el tiempo, siempre necesitas estar implicado, no importa donde esté el balón», añade Pierre Jacky. Entre las potencias mundiales destaca Brasil, cinco veces campeona mundial, y España, que ha logrado el título dos veces. El otro país que lo ha conquistado fue Argentina, que ganó la última edición en Colombia 2016.