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Tatiana KALINOVSKAiA (colpisa / afp)
MINSK
Domingo, 26 de abril 2020, 15:54
Único campeonato nacional que se disputa en una Europa muy afectada por el coronavirus, el fútbol bielorruso gana seguimiento en el extranjero y algunos de sus jugadores tratan de aprovecharlo para darse a conocer, pese a que los aficionados locales huyen de los estadios ... .
En las gradas quedan los seguidores más acérrimos. Yahor Khavanski, de 26 años, admite «un cierto temor» a la pandemia, pero no renunciará a la tradición de acudir a los partidos cada domingo. Con su mascarilla de protección y su bufanda del FK Slutsk, asistirá «tratando de no tocar nada» al partido que dispute su equipo contra el Belshina Bobruisk, correspondiente a la sexta jornada.
Contactado telefónicamente por la AFP, este joven reconoce que es uno de los últimos: «El estadio puede albergar 2.000 personas, pero en el último partido, había unas 300, con libertad para instalarse allá donde quisieran para guardar las distancias». Khavanski no piensa renunciar a ir al estadio: «Tengo tantas posibilidades de contagiarme como en los transportes públicos o en las tiendas».
En efecto, pese a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de la que una delegación visitó recientemente el país, con el apoyo de su impetuoso y autoritario presidente Alexandre Lukashenko, Bielorrusia rechaza someterse a medidas de confinamiento.
La Federación Bielorrusa de Fútbol (BFF) no tiene intención de interrumpir sus competiciones, asegurando fiarse de los consejos de las autoridades nacionales. Esta semana anunció la reanudación del campeonato femenino a partir del 30 de abril, tras una suspensión de dos semanas para que las jugadores que habían estado en contacto con enfermos de la Covid-19 cumplieran un tiempo de cuarentena.
El país cuenta ya con 9.750 casos de coronavirus para una población de 9,5 millones de habitantes, más que su vecino ucraniano, cuatro veces más poblado y con la población confinada.
Sobre el papel, la disputa del campeonato es un maná: el fútbol bielorruso nunca fue tan seguido en el extranjero. A mediados de marzo, la principal cadena deportiva rusa compró los derechos, y después siguieron los canales de otros once países, entre ellos India e Israel. Los clubes han creado cuentas de Twitter en inglés.
La pandemia podría salvar incluso al FK Slutsk. Como todos los clubes en Bielorrusia, su único patrocinador es una empresa del Estado, la azucarera local. «Pero la industria del azúcar está en declive», explica a la AFP el presidente de la entidad, Vitali Bunos.
El director de la fábrica está en prisión por un caso de corrupción y sin un patrocinador «las finanzas del club son catastróficas», explica Bunos. Desde hace un mes, llamados por la curiosidad y el hambre de fútbol, hinchas de todo el mundo se han aficionado al equipo e incluso un grupo de australianos han creado un grupo Facebook y una colecta.
Pese a esta exposición internacional, los estadios del país se vacían: el pasado fin de semana, sólo 2.383 espectadores asistieron a los ocho encuentros de la quinta jornada. El Dinamo Minsk-Neman Grodno, en el mayor recinto del país, atrajo a... ¡317 personas!
El motivo es la rebelión de los hinchas. A finales de marzo, los aficionados de Grodno denunciaron las «mentiras» sobre la situación epidemiológica e instaron a la BFF a «tener al final el valor de detener el campeonato». Después, los grupos de aficionados de los principales clubes anunciaron que dejarían de asistir a los partidos de sus equipos.
Varios jugadores, esencialmente los extranjeros, también se manifestaron a favor de detener el campeonato. «Es un poco aterrador», comentó la semana pasada en Instagram el exinternacional ucraniano Artem Milevsky tras un partido en Vitebsk, segundo foco del coronavirus después de la capital. En la prensa brasileña, el centrocampista del Dinamo Minsk Danilo se preguntaba: «Si todos los grandes campeonatos se paran, ¿por qué no aquí? Hay que seguir el mismo camino».
Pero también los hay que piensan beneficiarse del momento. «Es un plus si esto sigue así, nos da visibilidad si jugamos bien», explica a la AFP el franco-armenio Aïk Musahagian, centrocampista del Energetik-BGU. «Tenemos un plantel joven y los jóvenes quieren mostrarse. ¡Es una oportunidad! No hay miedo y respetamos todas las consignas», agrega.
Uno de los escasos campeonatos que se mantenían activos quedará suspendido la próxima semana después de que las autoridades de Tayikistán hayan prohibido temporalmente los eventos deportivos por el avance de la pandemia del coronavirus.
La federación de fútbol de ese país anunció que se disputará la jornada de este domingo y después el campeonato quedará suspendido hasta el menos el 10 de mayo, precisando que «apoya completamente» la decisión gubernamental de paralizar todos los eventos deportivos, según un comunicado publicado este domingo.
Las autoridades tayikas insisten en que no se han detectado casos de Covid-19 en el país, pese a informes que han revelado muertes sospechosas. El gobierno también decretó el cierre de las escuelas durante dos semanas, así como el bloqueo de las exportaciones de cereales.
El campeonato tayiko de fútbol comenzó el 4 de abril con los estadios sin público, cuando buena parte de las ligas de todo el mundo se habían suspendido por la pandemia del coronavirus. Otro país del centro de Asia que aún no ha registrado oficialmente casos de Covid-19, Turkmenistán, reanudó su campeonato de fútbol el 19 de abril con público en los estadios después de una suspensión por precaución a finales de marzo.
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