El Fluminense, nuevo rey de Sudamérica

Quince años después de perder en 2008 ante el Liga de Quito la que había sido hasta ahora su primera y única final en la Libertadores, el Fluminense se coronó con el gran título continental y dejó a Boca, seis veces campeón, sin la posibilidad de igualar al Independiente de Avellaneda en el palmarés. El conjunto argentino, que ganó la Libertadores por última vez en 2007, volvió a caer en el partido definitivo, al igual que ocurriera en 2012, ante el Corinthians, y en 2018, frente a River Plate en la final disputada en el Bernabéu. Desde que el título se decide a partido único, desde 2019, siempre se ha proclamado campeón un equipo brasileño, y ya son cinco ediciones consecutivas, en esta ocasión con la gloria para el Fluminense con su histórica conquista.

Aunque sufrió hasta el pitido final y necesitó la prórroga, el equipo dirigido por Fernando Diniz era el favorito y no falló en su templo de Maracaná ante un Boca que desde octavos de final a semifinales no ganó ninguno de sus seis partidos -se clasificó para la final triunfando siempre por penaltis, sin prórrogas-, y cayó en el decisivo en el tiempo suplementario. Fue precisamente un jugador argentino, Germán Cano, el autor del primer tanto del Fluminense en la primera parte. El goleador nacido en la localidad bonaerense de Lomas de Zamora hace 35 años derribó la resistencia de Boca, para marcar su gol número 13 en 12 partidos en la Libertadores, más que toda la plantilla del equipo argentino en la Libertadores de 2023.

Con los mismos años conquistó tan ansiado trofeo Marcelo, después de regresar al equipo de su niñez tras convertirse en el futbolista con más títulos en la historia del Real Madrid (25), aunque posteriormente fuese alcanzado por Benzema. Tras ganar cinco Champions con el equipo blanco, la leyenda madridista que regresó a casa es ya uno de los 14 únicos futbolistas que han ganado la Copa de Europa y la Libertadores de América.

En la disputada ante Boca Marcelo jugó 80 minutos en un equipo también con mucha experiencia pero mucho más ambicioso en el primer tiempo que el conjunto argentino de Jorge Almirón, que salió a defenderse en Maracaná buscando el juego directo y a Edinson Cavani y no sobrevivió al descanso. Sin embargo, Boca reaccionó y dio un obligado paso adelante en la segunda parte para conseguir empatar el duelo y llevar la final a la prórroga con un golazo con la zurda del lateral derecho peruano Luis Advíncula.