Una final cadete con bronca y desalojo en el Mundial'82

Tras el pitido final y mientras los jugadores iban a vestuarios, un grupo de personas, en su mayoría jóvenes amigos de los futbolistas, entraron al césped del Mundial'82 y comenzó a increpar a los chavales del Azul Sport. La bronca fue creciendo, incluyendo también a personas adultas, y se desplazó hasta la zona de vestuarios de la instalación. Los agentes llegaron y desalojaron a los presentes (las gradas acogieron más de 250 personas) hasta que los chavales salieran de los vestuarios. A pesar de todo, también se repitieron los insultos en el aparcamiento.

El Varea emitió un comunicado a última hora de la tarde en el que mostraba su «repulsa a todo acto de violencia en el deporte y fuera de él» y asegura que no fueron treinta los que saltaron al campo, sino «muchos más, aficionados de ambos equipos, unos festejando y otros arropando a los que perdieron. No solo había aficionados del Varea increpando, como se quiere reflejar».

La Federación Riojana recordó que «los clubes deben responsabilizarse del comportamiento de sus jugadores, pero también deben enviar el mismo mensaje a familias y entorno».