El incombustible Pepe, nacido en Brasil hace 41 años y casi cuatro meses pero nacionalizado portugués en 2007, ya es el jugador más veterano en la fase final de una Eurocopa. Pepe pulveriza ante la República Checa la marca del estrafalario Gabor Kiraly, el ... portero húngaro del chándal gris que el 26 de junio de 2016, en la derrota por 0-4 contra Bélgica en los octavos de final del torneo -en partido jugado en Toulouse-, actuó con 40 años y 86 días.
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Nadie podría imaginarse este hito de Pepe hace más de tres lustros, cuando el aguerrido central sufrió un cortocircuito mental con el Real Madrid de alcance planetario. Pateó al getafense Casquero después de derribarlo, lanzó un puñetazo a un adversario y se retiró del campo al grito de «sois unos hijos de puta» dirigido al cuarto árbitro, según reflejó en el acta el colegiado vizcaíno Delgado Ferreira. Con el discurrir del tiempo, pelillos a la mar con su colega de profesión y las paces también con el técnico José Mourinho, con quien terminó fatal en el club blanco por tener la personalidad de defender a Iker Casillas y reprochar la actitud a su entrenador.
«Soñar es gratis. Esta selección sigue teniendo sed de títulos», advirtió ya al despegar desde Lisboa a tierras alemanas Pepe, superviviente del título logrado por Portugal en la edición de Francia 2016 y ganador de la Liga de Naciones de 2019. Le avalan su presencia en cuatro fases finales de Mundiales y de Eurocopas -esta será la quinta-, y 137 partidos y ocho goles con su país de adopción, pero no es titular indiscutible con los lusos. A priori, Rúben Dias e Inacio estarían por delante, pero el técnico catalán Roberto Martínez le considera imprescindible en el grupo por «ser un ejemplo para todos sus compañeros por su liderazgo, jerarquía y experiencia».
Pepe está en una encrucijada. Termina contrato con el Oporto el 30 de junio y André Villas-Boas, presidente de los dragones tras imponerse al Pinto de Costa, ya le ha comunicado que no cuenta con él, alegando dificultades para cuadrar el límite salarial. Le ha ofrecido seguir vinculado el club si decide colgar las botas, pero el central tiene una oferta de Arabia Saudí, en concreto del Al Nassr de Cristiano, y todavía no se ha pronunciado.
Se trata de un coloso del fútbol, con una carrera repleta de trofeos, los dos citados con su selección y más de 20 en el capítulo de clubes, entre ellos tres Champions y tres Ligas con el Real Madrid. Aunque el club blanco pagó por su fichaje al Oporto 30 millones de euros, una barbaridad entonces, tuvo que hacer su mili en el club de Concha Espina.
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Cuenta Pepe una anécdota deliciosa en una entrevista a 'Expresso'. «Bueno, ahora les puedo decir esto, porque han pasado muchos años y somos amigos: pasó con Cannavaro. En la pretemporada prácticamente no hablaba, solo entrenaba y miraba, porque soy muy observador. Aquello era trabajo y más trabajo. Entonces, íbamos en el avión a Austria y sucedió que él se sentó delante de mí. Lo pillé leyendo una revista y, cuando me di cuenta de que se había acabado y que el avión iba a aterrizar, me puse valiente y le dije: «Cannavaro, Cannavaro [hablando en voz baja], ¿me pueden dar la revista?». Y Cannavaro miró hacia atrás y me dijo: «¿Cannavaro? Mi nombre es Fabio. Y me dio la espalda. No supe qué decir. Fueron segundos, tal vez minutos, pero eso pareció una eternidad, hasta que me dio la revista».
Bien conducida por Roberto Martínez, que reemplazó al veterano Fernando Santos tras la caída ante Marruecos en cuartos del pasado Mundial de Catar, repleta de grandísimos jugadores en todas sus líneas y capitaneada por el insaciable Cristiano Ronaldo, Portugal asoma como una de las principales candidatas al título. La obsesión es saber gestionar las altísimas expectativas generadas tras una fase de clasificación sin tacha.
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Integrada en un grupo de los considerados trampa, con la República Checa, Turquía y la novata Georgia como rivales, Portugal se presenta al examen de primera evaluación ante los siempre correosos centroeuropeos. Dirigidos por Iván Hasek, no han perdido ninguno de los nueve partidos con este entrenador, de ellos siete victorias y dos empates. Entre esos triunfos se incluye un esperanzador 3-1 ante Bélgica. El reto es igualar al menos el resultado cosechado en la última edición, cuando la República Checa se despidió en cuartos ante Dinamarca tras noquear a Países Bajos en octavos.
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