La selección de Ucrania posa con la bandera de su país en un amistoso reciente ante Moldavia. EFE

La Eurocopa, válvula de escape para un país en guerra

Ucrania, que debuta este lunes ante Rumanía, confía en que el fútbol refuerce la moral de sus soldados y permita a sus heridos «sentirse vivos»

Ignacio Tylko

Enviado especial a Alemania

Lunes, 17 de junio 2024, 00:15

Clasificada para su cuarta Eurocopa tras remontar en la repesca ante Islandia en el exilio polaco de Breslavia, Ucrania representa en Alemania a un país en guerra que cuenta con el apoyo sentimental de casi todos y por el que se desviven sus jugadores con ... una motivación extraordinaria. El combinado de Sergiy Rebrov, que se estrena este lunes ante Rumanía en la sede de Múnich, ansía poder suplir con la fuerza de la mente sus limitaciones técnicas, aunque dispone de jugadores interesantes como Mudryk, Zinchenko y Dovbyk, Pichichi con el Girona.

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El deporte en general y el fútbol en particular, ya sea practicado o seguido con interés patriótico, permite a los heridos de guerra ucranianos «sentirse vivos en momentos difíciles», tal y como expuso una leyenda como Andriy Schevchenko, ganador del Balón de Oro en 2004 y actual presidente de la federación ucraniana. Lo dijo este hijo de militar en el marco del Europeo para excombatientes amputados disputado recientemente en Evian al este de Francia.

Desde hace más de dos años, cuando comenzó la invasión rusa, los futbolistas ucranianos piensan en los soldados que defienden su territorio. No disponen de armas, pero les defienden simbólicamente con el balón. «No soy un héroe», relativizó el portero Andriy Lunin tras conducir al Real Madrid a semifinales de la Liga de Campeones tras derrotar por penaltis al Manchester City.

«La verdadera dificultad es la guerra en mi país, donde se encuentra mi familia y mis amigos. No es fácil ir a los entrenamientos cada día recibiendo las peores noticias posibles», señaló el guardameta. El deportista ucraniano más seguido en Instagram, con tres millones de fieles, no desaprovecha una oportunidad de ejercer de embajador de su país. Celebra los éxitos con la bandera azul y amarilla a su espalda e insiste en que «lo importante es no olvidar lo que pasa en mi país».

Los verdaderos héroes

Lunin es solo un ejemplo del sentir del combinado ucraniano. Hay muchos más como él. «Estoy agradecido a nuestros soldados por permitirme seguir jugando al fútbol, progresar y dormir tranquilamente», apunta Sudakov, centrocampista del Shakhtar Donetsk. Desde que hace diez años tuvieron lugar los primeros combates en la región del Dombás, el club de la camiseta naranja malvive exiliado y el futbolista de 21 años añora su país. «Sueño con regresar a mi Brianka natal, con volver y jugar un partido en el Dombás Arena, bombardeado en 2014. Nunca he ido, solo he escuchado hablar y lo he visto por la tele», explica.

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Cuando Mudryk fue traspasado del Shakhtar al Chelsea, el club del Dombás percibió 100 millones de euros, de los que donó la cuarta parte a los soldados y sus familias. «La respuesta es clara. Yo iría», afirmó, sin ambages, el 'gunner' Zinchenko cuando en la BBC le preguntaron si estaría dispuesto a unirse al ejército ucraniano si fuese llamado a filas. «Es difícil de comprender que recientemente estábamos en la misma escuela, jugábamos en el recreo o en el terreno de fútbol y ahora debemos defender a nuestro país», añadió sobre los soldados ucranianos el exjugador del City, que donó más de un millón de euros a su país.

Otro ídolo local, el delantero Roman Yaremchuk, fue un valiente. En vísperas de la invasión rusa se atrevió a mostrar el tridente, símbolo de Ucrania, para celebrar un gol con el Benfica al Ajax en la Champions. Yaremchuk se quitó la camiseta roja para dejar ver una camiseta negra con el 'tamga', representación estilizada de un halcón que se lanza sobre su presa.

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Más de un millón de ucranianos se refugiaron en Alemania cuando comenzó la guerra, en febrero de 2022. La federación ucraniana ha colgado en la entrada del estadio de Wiesbaden, al oeste de Alemania, imágenes de cada jugador con un soldado en el segundo plano, acompañadas con mensajes del estilo: «Nos esforzamos para ser infalibles como vosotros».

«Cuando los soldados se enteren de sus victorias, les dará más fuerza», comentó a la agencia AFP Nikita Mishchenko uno de esos aficionados que portaron coronas de flores con los colores de la bandera de Ucrania al cuartel general del combinado de Rebrov. Los exiliados están convencidos de que «la Eurocopa dará fuerza moral a todos aquellos que están en las trincheras».

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