Historias y nacionalidades
lourdes martí
Martes, 6 de julio 2021, 00:22
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lourdes martí
Martes, 6 de julio 2021, 00:22
El desprecio al fútbol es una de las líneas maestras que siguen algunos intelectuales desde una cierta y dudosa superioridad moral. Pero otros, como Eduardo Galeano, presumían de pasión. Decía el escritor uruguayo que al nacer gritó gol. En una de sus citas más famosas, ... también dejó para la posteridad aquello de que los humanos estamos hechos de historias. Historias como las que los adultos relatan a los pequeños que acompañan de la mano al fútbol. De los primeros días de verano 2008, se cuentan las críticas que recibió Luis Aragonés por la no convocatoria de Raúl González para la Eurocopa; el lapsus de Raúl Albiol al confundir Australia, con sus canguros, con Austria; se recuerda a un goleador, David Villa, y aquella final frente Alemania. Las historias que relatan a los más pequeños de dos años más tarde tienen que ver con un tal Andrés Iniesta que escuchó el silencio a la par que paró el corazón a todo un país justo antes de dedicarle el gol de todos a un amigo que le dio el fútbol y que se marchó demasiado pronto.
Aquel maravilloso ciclo se cerró en 2012 y fue ante una Italia a la que España ganó por cuatro goles a cero. Hoy ni el más optimista apostaría por ese resultado. O quizás Luis Enrique sí lo haría. Italia tiene muy pocos puntos débiles y mucho gol, pero el líder siempre debe mostrar confianza y, en la selección nacional, el asturiano es el líder. Sólo quiere que los suyos salgan a ganar. El técnico conoce el país transalpino, al igual que Morata, y a los dos sus rivales les han lanzado elogios en las últimas horas.
La historia de la que estamos hechos también nos ha enseñado que el lugar de nacimiento es solo una casualidad en todas las facetas de la vida. Vistió la camiseta de España un argentino como Di Stéfano y en la Eurocopa de 2008 un brasileño, Marcos Senna, llevó la batuta de la selección. A Aymeric Laporte se le cuestionaron sus sentimientos al principio de la competición. El francés nacionalizado español ha jugado todo y es el alma de la fiesta en el vestuario. Hoy volverá a formar en el eje de la defensa con Pau Torres o Eric García. La historia continúa.
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