En el nombre de Eriksen

«El hospital está cerca del Parken Stadium, así que él probablemente escuchará el ruido también. Creo que se pondrá la camiseta sobre los hombros y que verá el partido», aseguró Kasper Hjulmand, el seleccionador de Dinamarca, este miércoles. El pasado lunes, el agente del futbolista admitió la posibilidad de que pudiese abandonar el hospital para presenciar el encuentro, mientras que el jugador del Inter de Milán envió un mensaje esperanzador al afirmar el martes que se encontraba «bien», aunque todavía tenía que «pasar algunas pruebas». «Ahora animaré a los chicos en los próximos partidos. Jugad por toda Dinamarca», escribió en sus redes sociales, en su primer mensaje desde que sufrió el desvenecimiento.

«Será emocionalmente fuerte regresar al Parken, esperamos tener un apoyo increíble de nuestros aficionados y de todo el país», insistió el técnico de la 'dinamita roja'.

«Tenemos que estar preparados para eso y utilizar esa energía de forma positiva», añadió. Para ir preparando a su equipo para el reencuentro con el lugar del drama, Hjulmand ofreció la posibilidad de acudir al estadio para el último entrenamiento a aquellos futbolistas que lo deseasen. «No sabemos cómo vamos a reaccionar, porque nadie se había visto en una situación así; cada uno tendrá una forma diferente de gestionar lo que pasó», explicó el delantero Yussuf Poulsen antes de decidir si iría al Parken por la tarde. A raíz del problema cardíaco de Eriksen, los jugadores y el cuerpo técnico danés han contado con apoyo de un equipo de psicólogos: «En grupo o individualmente eso nos hace bien», aseguró el seleccionador.

En el plano deportivo, la selección de Roberto Martínez, una de las aspirantes a coronarse el 11 de junio en Wembley, es clara favorita. Comenzó fuerte al apabullar a Rusia (3-0) en san Petersburgo y puede sellar el billete a octavos con una jornada de antelación. Sólidos, con excelentes individualidades pero sobre todo con un buen grupo, los belgas redujeron a un rival que actuaba como local. No acusaron la ausencia por lesión de su estrella Kevin de Bruyne y la suplencia de de Eden Hazard, que disfrutó de los últimos 20 minutos para ir recuperando sensaciones. Sin ellos, el doblete de Romelu Lukaku dictó sentencia.

El encuentro se celebra en medio de la polémica, ya que el presidente de la federación danesa ha pedido a la UEFA un cambio de la reglamentación sobre la reprogramación de los partidos y ha criticado que se reanudase el choque ante los finlandeses. «Fue una mala decisión y completamente inaceptable que los jugadores debieran ir al terreno de juego poco tiempo después de esta horrible experiencia», declaró Jesper Moller en un comunicado de la federación, alineándose con las críticas de los jugadores y del entrenador tras la derrota ante los finlandeses que les pone en situación límite. «Los jugadores y entrenadores no deberían ser puestos en esa tesitura porque esa no debería ser su decisión», se lamentó.

La UEFA, que afirmó el martes «haber tratado el caso con el mayor respeto con respecto a la sensible situación y a los jugadores», ofreció a los futbolistas terminar el partido el sábado o continuarlo el domingo a mediodía, pero negó haber amenazado con una derrota por incomparecencia en caso de negarse a jugar. De acuerdo con sus estatutos, «si un partido no puede disputarse o solo puede hacerlo parcialmente, la totalidad o el tiempo restante del partido se disputa, en principio, al día siguiente». Pero los estatutos también decretan un descanso de 48 horas mínimo entre los partidos.

Los jugadores del Borussia Dortmund ya sufrieron hace cuatro años una situación similar, tras el atentado contra el autobús del equipo. Justo antes de su partido de Liga de Campeones contra el Mónaco, el 11 de abril de 2017, unos explosivos dañaron el vehículo y el español Marc Bartra resultó herido en una muñeca por trozos de cristal. Todavía impactados, los jugadores tuvieron que disputar el partido al día siguiente, contra su voluntad. Finalmente quedaron eliminados.

El único enfrentamiento previo entre Dinamarca y Bélgica en un gran torneo fue en la fase de grupos de la Eurocopa 1984. Dinamarca ganó 3-2 tras ir perdiendo 2-0, una de las únicas seis veces que se ha remontado una diferencia de dos goles para ganar en el torneo.