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Calor. Mucho calor en la plaza Fuente de Murrieta. Pese a ser ya de madrugada, la temperatura en Logroño era alta todavía en la noche del domingo al lunes. Y a eso se sumaba el calor humano de la marabunta de aficionados eufóricos, llegados muchos de ellos desde un Palacio de los Deportes capitalino que se llenó hasta los topes para disfrutar del triunfo de la selección española en la final de la Eurocopa.
La céntrica plaza (antes de Murrieta, luego Diversidad y otra vez Murrieta) se volvió a convertir en el epicentro de la fiesta y la celebración. Cual Cibeles, Neptuno o Canaletas, la fuente logroñesa vivió otra sesión nocturna de efervescencia futbolera, entusiasmo patrio y ebullición rojigualda.
No es La Rioja una comunidad que tenga precisamente demasiadas oportunidades para celebrar éxitos de primer nivel deportivo. Menos todavía si se refiere a alcanzar triunfos gloriosos en el deporte rey. Pero, al menos, el equipo nacional ha brindado ya varias alegrías en los últimos tres lustros que han permitido a los logroñeses tomar las calles cantando a coro el 'Que viva España' que hizo famoso Manolo Escobar –aunque compuesta por los belgas Leo Caerts (música) y Leo Rozenstraten (letra)–.
Eso sí, el pasado domingo fue la 'Potra salvaje' la que se llevó la palma. «Como una potra salvaje que en el oleaje no pierde el sentido, no quiero riendas ni herrajes y en los homenajes me pongo un vestido. Ya tengo seis tatuajes debajo del traje por siete motivos. Soy una potra salvaje que va de viaje a lo desconocido». El tema de Isabel Aaiún ha sido el favorito de los seleccionados y, por ende, de los seguidores de La Roja.
Vivió Murrieta una gran noche, al mejor estilo de Raphael, con la cuarta Eurocopa sumada en Alemania. Otra celebración que añadir a las ya vividas en 2008 y 2012 con el segundo y tercer título europeo, respectivamente, de una España que convirtió su 'tiki-taka' en envidia del planeta fútbol.
Entre estos dos festejos, en 2010 llegó el gran hito del balompié hispano, el Mundial de Sudáfrica. Quizás el gol de Iniesta desató la mayor muestra de euforia en la plaza de la capital riojana y el punto de encuentro para desatar el furor y la alegría de sentirse en lo más alto del deporte terrícola.
Pero no solo de algazaras nacionales vive la Fuente Murrieta. También ha tenido momentos de júbilo y alborozo gracias a los méritos de los representantes locales en el fútbol nacional. En estos casos, el rojo y amarillo tornó al blanquirrojo de la Sociedad Deportiva Logroñés y de la Unión Deportiva Logroñés.
La SDL festejó a finales de mayo de 2012 su ascenso a Segunda B tras doblegar a la Peña Sport en una eliminatoria que parecía sentenciada en la ida (4-0 en Las Gaunas) pero que tuvo su tensión en la vuelta en Tafalla (3-0). Lo importante era el ascenso y se celebró como se merecía de vuelta a Logroño.
Más desangelada fue la fiesta (o, mejor dicho, la ausencia de ella) para la UDL pese a que su logro devolvía el fútbol profesional a La Rioja. Sin embargo, la pandemia impidió que los aficionados pudieran salir a la calle en masa y los pocos que pudieron acercarse a Murrieta, dejaron una imagen de alegría contenida bajo un manto de mascarillas.
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Alfonso Torices (texto) | Madrid y Clara Privé (gráficos) | Santander
Sergio Martínez | Logroño
Sara I. Belled, Clara Privé y Lourdes Pérez
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