Los momentos más icónicos de un torneo aún huérfano de estrellas

Pese a fallos logísticos, las carreteras en mal estado, los retrasos en los trenes, ciertos accesos a los estadios complicados y algunos terrenos como el de Colonia o Fráncfort secos, esta Eurocopa supone una acertada vuelta al torneo que nunca tuvo que dejar de ser. Campos llenos, colorido en las gradas extraordinario y ambientazo en todas las sedes, nada que ver con ese Europeo anterior marcado todavía por las secuelas de la covid-19 y desperdigado por 12 países para conmemorar los 60 años de existencia del torneo. Y un lujo en comparación con la ocurrencia extemporánea de ese Mundial invernal en Catar.

Aunque la competición verdadera empieza a partir de ahora, de momento España representa un soplo de aire fresco en el torneo. Brillante, vertical, ganadora de sus tres partidos, sin encajar un gol y con dos jóvenes extremos como Lamine Yamal y Nico Williams que no los tiene nada, La Roja ha sido la envidia de Europa. Y Luis de las Fuente, que llegó con perfil bajo, se ha convertido en el técnico de mayor aporte táctico.

Al torneo le fallan por ahora las grandes selecciones, al menos las claras candidatas. Muy poco de Francia, que solo ha ganado un partido, sensación de mal rollo interno en Inglaterra, poco de Portugal y de Cristiano, y Alemania muy bien al principio pero con dudas después y la impresión de que echó el freno de mano. Georgia, Austria, Suiza se han convertido en las revelaciones de un campeonato en el que tampoco han aparecido los grandes goleadores. Baste decir que el Pichichi provisional con tres dianas es el georgiano Georges Mikautadze, seguido con dos dianas por el neerlandés Cody Gapko, el eslovaco Ivan Schranz y los alemanes Jamal Musiala y Niclas Füllkrug.

Solo hubo que esperar diez minutos de torneo para que Florian Wirtz, una de las perlas del fútbol europeo y figura en el Bayer Leverkusen de Xabi Alonso, anotase el primer gol en el rodillo alemán ante Escocia. Más celebrado fue el gol anotado en la segunda jornada por el danés Christian Eriksen a Eslovenia. Muy emotivo para el centrocampista del Manchester United, que 1.100 días antes había sufrido un paro cardíaco que en el partido ante Finlandia de la pasada edición.

Ese mismo sábado, Lamine Yamal fue titular en la goleada de España ante Croacia y se convirtió en el jugador más joven en la historia del torneo al actual con solo 16 años y 338 días. Un hito con cierta polémica, ya que la legislación alemana entiende que los menores de edad no pueden trabajar a partir de las once de la noche. En contraste, Jesús Navas, único campeón del mundo en el combinado de Luis de la Fuente, superó a Aritz Aduriz y a Andoni Zubizarreta como el español más longevo en jugar la fase final de un gran certamen con 38 años, 7 meses y dos días.

El centrocampista albanés Nedim Bajrami sorprendió a Italia en Dortmund al marcar a los 23 segundos el gol más rápido de las Eurocopas. Remontaron luego los transalpinos pero ahí quedó la gesta. Otro albanés, el centrocampista Klaus Gjasula, vivió una experiencia desconocida en la Eurocopa: marcó un gol en su propia meta contra Croacia y se redimió solo quince minutos más tarde con el tanto del empate en el último suspiro.

Puestos ya con los récords en Portugal suman y siguen. Pepe fue de la partida ante los checos para erigirse en el abuelo de las Eurocopas a sus 41 años. También Cristiano Ronaldo ese día presumió de ser el único presente en seis fases finales del torneo continental. Ya era el jugador más goleador (14) y con su pase a Bruno Fernandes ante Turquía pasó a ser también el mayor asistente del certamen (7), superando el checo Karel Poborsky. Para la posteridad, el 'selfie' del crak de Madeira con un niño que saltó al campo.

El Serbia-Inglaterra de Gelsenkirchen del primer domingo de competición quedó marcado por la batalla campal que sus aficiones protagonizaron en las calles de Gelsenkirchen, con al menos siete detenidos. Ese mismo día, en la previa del Polonia-Países Bajos en Hamburgo, trascendió que una persona había sido abatida a tiros por la policía cuando amenazaba a la gente con una especie de piolet y un cóctel molotov.

La imagen más icónica del torneo se produjo en el estreno de los franceses ante Austria en Düsseldorf. Cerca del final, Kylian Mbappé intentó rematar de cabeza y se golpeó en el hombro del defensa Kevinc Danso. El astro galo fue trasladado a un hospital de Düsseldorf y al final no fue intervenido. Descansó ante los Países Bajos en Leipzig y el hombre de la máscara regresó ante Polonia para marcar de penalti.

Horas después, en el loco choque ante Georgia, los turcos marcaron dos golazos, ambos desde fuera del área, que bien pueden ser los mejores del torneo. Los protagonistas fueron Mert Muldur, con su espectacular volea, y Arda Güler, que ajustó a la escuadra de Giorgi Mamardashvili, el mejor portero del torneo. Con solo 19 años y 114 días, el madridista se convirtió en el debutante más joven en marcar.

Los otomanos también protagonizaron el gol más ridículo del torneo. Fue ante Portugal y lo firmaron el Samet Akaydin, defensa del Panathinaikos, y el portero del Manchester United Altay Bayindir. No se vieron o no se hablaron y una cesión sencilla terminó en autogol.

El mayor susto del torneo lo escenificaron el portero escocés Angus Gunn y el húngaro Barnabás Varga en Stuttgart. El guardameta del Norwich impactó en el rostro del atacante del Ferencvaros, que cayó inconsciente al césped. Tras minutos de tensión, fue evacuado de urgencia al hospital, donde se le diagnosticaron una conmoción cerebral y la fractura de varios huesos de la cara.

Luka Modric ha conocido de todo en este mundillo pero nada como la montaña rusa vivida en el dramático empate (2-2) ante Italia en Leipzig que a la postre supuso la eliminación de los croatas. Primero, Donnarumma le detuvo un penalti; segundos después, aprovechó el rechace del portero del PSG para batirle y ser el goleador más viejo de una Eurocopa, cerca ya de los 39 años. Con el madridista ya fuera del campo y a los ocho minutos de descuento, el 'azzurro' Zaccagni marcó el gol que todo lo cambió. Modric medita si retirarse de la ajedrezada o seguir hasta el próximo Mundial.