Jürgen Klinsmann, durante la Eurocopa de 1996. Reuters
Opinión

Klinsmann, virtudes de rubio

Corazón de la Alemania de 1996, fue el hombre que terminó de reunificar su país y lo hizo con un fútbol que está en las hemerotecas

Jesús Nieto Jurado

Madrid

Jueves, 4 de julio 2024, 00:46

Jürgen Klinsmann fue el estilo antes de Zidane. Jürgen, corazón de la Alemania de 1996, de aquella Euro, fue el hombre que terminó de reunificar su país y lo hizo con un fútbol que está en las hemerotecas y, ya, en los vídeos en VHS ... de una soleada y rara Inglaterra... Que ya son ganas de que salga el sol en los campos de la campiña.

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Aquí el delantero tomó su equipo como una alabarda sana y él, como la mayoría, no anhelaba volver a repetir el fiasco de perder una copa en la que salió campeón un equipo de triunfantes casualidades; esto es, Dinamarca en el 92. Vecinos nórdicos y afortunados en esa Eurocopa que les ganó Schmeichel y que ya ha sido contada aquí.

Klinsmann se dio al pase y al desmarque con pundonor en el 96, subiendo y bajando, que el fútbol, en el mundo, ya estaba cambiando en bien y en colectivo. Esa fue una de las aportaciones de Jürgen al torneo. Dejarse un pulmón, o los dos, y darle un nuevo y alegre trinar a su selección.

Jürgen, pese a su talante, era jugador de celebraciones con carrerita y el puño enhiesto cuando había que festejar. Rubio como las candelas, ya les había advertido Berti Vogts que aquello era un equipo y no un sambódromo. Y es que al motor reunificado de Alemania se le miraba con mayor prurito. Junto a Klinsmann corrían el pasto nombres como Olivier Bierhoff o Matthias Sammer. Tres goles tuvo en todo el torneo Jürgen, pero la estadística no puede opacar al ídolo en una Alemania que era un rosario de peloteros históricos. Así, con esa educación exquisita, recogió el premio de Isabel II de Inglaterrra. Se dijeron algo protocolario. Seguro.

Muchos se compraron réplicas, falsas, de su camiseta en la calle San Miguel de Torremolinos. Y Klinsmann, cuando suenan los himnos, aún parece que va a salir al césped. Es, en el fondo, la manida frase de Gary Lineker que tuvo razón a ratos: «El fútbol lo inventaron los ingleses, juegan 11 contra 11 y siempre gana Alemania». Eso.

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