Chiesa rescata a una Italia que también sufre

Superada con sobresaliente la primer fase y reconocida por afición y crítica como la mayor sorpresa grata del torneo, la renovada selección de Roberto Mancini inicia otro campeonato, el del jaque mate. Y lo hace frente a la inexperiencia de sus propios jugadores y contra Austria, una selección de medio pelo pero bastante sólida y en la que David Alaba, nuevo jugador del Real Madrid, es el líder indiscutible.

Viven los 'azzurri' felices y con inusitado optimismo después de tres victorias contundentes y la tranquilidad de ver invicto a Gianluigi Donnarumma, próximo guardián del PSG, ese nuevo rico que lo quiere todo, jóvenes consolidados como este portero de solo 22 años, promesas, figuras del momento y veteranos ya de vuelta pero con un poso competitivo indiscutible.

No ha sufrido muchas acometidas, pero Donnaruma está impecable. Lo dejó patente con un puñado de intervenciones en los triunfos por 3-0 -como nunca antes Italia en una fase final-, ante Turquía y Suiza, y la victoria a medio gas ante los 'dragones rojos'. Por méritos propios pero también por la escasa oposición de rivales de medio pelo, la selección transalpina todavía no se ha visto comprometida en el torneo.

Es gran favorita en Wembley ante los centroeuropeos, con la ilusión del principiante en la segunda fase tras imponerse a Ucrania en la cita cumbre. El equilibrado combinado dirigido por el alemán Franco Foda llega sin presión, dispuesto a romper la maldición que tiene con Italia, que siempre le ha ganado en los torneos internacionales. En total, Austria no vence a la 'Nazionale' desde 1960 (13 partidos).

Más allá de los fríos datos estadísticos o históricos, es el estado de forma que exhibe la escuadra de Mancini lo que le ha hecho pasar de ser una tapada a candidata al título. En Wembley podría sumar 31 partidos consecutivos sin derrota y los doce últimos con su portería a cero, cifras de récord. Pero la tetracampeona del mundo es irregular en el torneo continental. Desde que lo conquistó en 1968, solo fue finalista de la Eurocopa en 2000 y 2012.

Después de tres partidos al calor de su hogar, Italia abandona su condición de local en el Olímpico de Roma. Pero nada le desvía del camino trazado. «Estamos preparados para soñar a lo grande. Tenemos todas las opciones en la mano», declaró el jugador de la Juventus de 23 años Federico Chiesa, titular por primera vez en el tercer partido ante Gales y elegido mejor jugador del encuentro. «Lo mejor está por venir y es increíble jugar en Wembley. Nuestro objetivo es regresar a Londres tras los octavos», añadió en referencia las semifinales y las finales en el templo del fútbol.

Los 'azzurri' pisan fuerte y sus rivales se encomiendan a la inspiración, sobre todo a balón parado, de su capitán David Alaba, determinante como central, lateral izquierdo o centrocampista. Confían también en el carácter del polémico delantero Marko Arnautovic, ausente en el segundo partido por presuntos insultos racistas en el debut ante Macedonia del Norte, y muy fallón en su regreso ante Ucrania. «No nos vamos a quedar aquí, ni pensar en irnos de vacaciones por haber alcanzado nuestro objetivo; todo el mundo quiere escribir una nueva página de la historia», declaró el goleador del Shanghái. «No tengo miedo de Italia, aunque es un equipo de clase mundial», remarcó, desafiante.