Varga, fuera de peligro pero con varios huesos de la cara fracturados

La vida del delantero húngaro Barnabás Varga no corre peligro, ya que se encuentra estable en el hospital de Stuttgart en el que fue ingresado con carácter de urgencia el domingo por la noche, pero como consecuencia del impacto involuntario recibido por el portero escocés ha sufrido una conmoción cerebral y tiene varios huesos de la cara fracturados. Según ha informado la Federación Húngara de Fútbol, todo apunta a que el ariete del Ferencvaros deberá pasar por el quirófano.

El atacante magiar dio el gran susto de la Eurocopa cuando cayó al césped a plomo, totalmente inconsciente, a los 70 minutos del partido de la tercera jornada del grupo A que enfrentó a la 'Tartan Army' con Hungría en el Neckarstadion de Stuttgart. Varga recibió un golpe brutal en la cara del portero Angus Gunn cuando intentaba rematar un saque de falta y cayó fulminado en el área pequeña. La acción fue revisada incluso en el VAR como posible penalti por el colegiado canario Hernández Hernández y al final quedó sin sanción.

Los jugadores que estaban alrededor de Varga se dieron cuenta de la situación rápidamente y alertaron a los facultativos, que entraron a la carrera al verde para atender al delantero. Este permanecía boca arriba, inmóvil y con temblores que advertían de lo delicado del momento, que precisaba que le situasen en posición lateral de seguridad. A los pocos minutos, que se hicieron eternos, abandonaba el campo en camilla para ser trasladado al hospital.

Los sanitarios colocaron dos biombos de tela para tapar las labores de reanimación que se llevaron a cabo a fin de salvaguardar la integridad física y la salud del punta. Hubo momentos de un silencio sepulcral en las gradas y en la hierba. La realización televisiva se apartó de la escena e inmortalizó cómo aficionados y miembros de los dos contendientes se llevaban las manos a la cara en señal de estupefacción, deseando que todo acabara bien.

Cuando Varga era retirado en camilla, los aficionados húngaros y escoceses le dedicaron una sonora ovación. Tras despejarse la zona, el partido se reanudó por orden del árbitro argentino Facundo Tello. A partir de ese momento, el combinado magiar de Marco Rossi encontró una motivación añadida para dar un paso adelante en busca de la victoria.

Cuando Kevin Csoboth marcó en el minuto 100, prácticamente en la última acción del partido, lo celebró mostrando una camiseta de su compañero hospitalizado. Todos los jugadores magiares le dedicaron un triunfo agónico que dejó fuera y que les permite seguir soñando con poder clasificarse aún a octavos de final como uno de los cuatro mejores terceros del torneo.

Tras esa montaña rusa de emociones y con el pleito ya concluido, el jugador Rolland Sallai ya avanzó a los periodistas que su compañero estaba mejor. Instantes después, la Federación Húngara comunicó de manera escueta que Varga se hallaba estable. Fue ya bien entrada la madrugada cuando añadió que había sufrido una conmoción cerebral y la rotura de varios huesos en el rostro y que tenía muchas posibilidades de pasar por el quirófano.

Aunque la jugada en sí no tuvo nada que ver, la incertidumbre ante lo sucedido recordó la angustia vivida cuando el danés Christian Eriksen sufrió una parada cardiorrespiratoria durante el partido de la pasada Eurocopa que enfrentaba a la 'Dinamita Roja' con Finlandia. Tras salvarle la vida, ya que según los médicos llegó a permanecer clínicamente muerto durante cinco minutos, le implantaron un desfibrilador y Eriksen pudo volver a jugar. De hecho, participa en esta Eurocopa e incluso le marcó un gol a Eslovenia en la primera jornada.