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Rubén Cañizares
Enviado especial a Dortmund
Martes, 2 de julio 2024, 00:34
No es Rumanía un país de fases finales. En los últimos veinte años, hasta esta Eurocopa de Alemania, solo se había clasificado para dos. Y en los últimos cincuenta años solo ha jugado tres Mundiales, uno de ellos, el de Estados Unidos en 1994, en ... el que logró el mejor resultado de la historia de la tricolor, alcanzando los cuartos de final con una brillante generación liderada por Gheorghe Hagi, seguramente el mejor rumano de todos los tiempos.
A los mandos de aquella mítica selección estaba Anghel Iordanescu, un entrenador de la vieja escuela, de esos que imponía respeto, marcaba las distancias con los jugadores y se centraba en lo importante, en el fútbol. En los partidos de aquel Mundial, daba un papelito a cada jugador con las virtudes y los defectos de su pareja rival, y a competir. Nada que ver con Edward Iordanescu, el hijo de Anghel y actual seleccionador. Un técnico más empático con los jugadores, que cuida mucho la comunicación con ellos y la cercanía entre el cuerpo técnico y la plantilla, entre la que se encuentra Ianis Hagi, el hijo del mítico '10' rumano.
Treinta años después, los descendientes de Gheorghe y Anghel vuelven a unir sus caminos en Rumanía y buscan esta tarde en Múnich la clasificación para cuartos de final, lo que igualaría el mejor resultado del país balcánico en el torneo continental, logrado en la Eurocopa del año 2000: «Hemos conseguido el primer objetivo. Todo el mundo sabe que soñábamos con clasificarnos y, además, queríamos hacer feliz a la gente, sacarlos a la calle a celebrar y que estuvieran orgullosos de esta generación, de nuestro equipo», explica Ianis, de menos a más en el torneo.
Como a todo hijo de estrella del fútbol, el jugador del Alavés, y ex de Fiorentina, Genk y Rangers, ha tenido que aguantar la comparación con su padre allá dónde ha estado. A sus 25 años, es evidente que no va a ser lo que fue Gheorghe, pero es injusta la comparación. En los dos primeros encuentros, ante Ucrania y Bélgica, empezó en el banquillo, pero ya fue titular contra Eslovaquia y forzó el penalti que acabó valiendo la clasificación de su país para octavos: «Como generación estamos en la primera fase final de la categoría adulta, pero no le tenemos miedo a ningún rival. Tenemos jugadores experimentados, pero también jugadores jóvenes con mucha ilusión y calidad», reflexiona Ianis.
Delante tendrán este martes a los Países Bajos de Koeman, que se han metido en los cruces como terceros del grupo D, por detrás de Austria y Francia. Decepcionante primera fase de la selección 'oranje', pero el destino ha querido encuadrarla en un camino hacia a Berlín en el que perfectamente puede pensar en llegar a la final. Para eso, tendrá primero que mandar a casa a Rumanía, pero no lo hará si muestra el nivel de sus tres primeros partidos: «Hemos hablado mucho. Con palabras duras, por supuesto, que son necesarias», confiesa Virgil Van Dijk. «Soy el principal responsable. Estoy decepcionado de mí mismo», asegura Koeman. Delante tendrán a Hagi e Iordanescu, referentes rumanos tres décadas después.
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