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Ignacio Tylko
Domingo, 3 de julio 2016, 18:13
Dramática e interminable, la batalla de Burdeos que escenificó la cruel venganza alemana ante Italia, aunque las estadísticas dirán que sigue sin derrotarla tras nueve partidos de competición, agigantó más si cabe la intensa figura de Manuel Neuer, elegido por la UEFA el hombre del ... partido, discreto en su desarrollo pero único en el sorteo de la lotería.
Por sus venas fluye más horchata de Alboraya (Valencia) que sangre caliente de los mineros de Genselkirchen, su lugar natal. Les provocó temblores al ridículo Simone Zaza y a Graziano Pellè, que lanzaron fuera, y detuvo los lanzamientos de Leonardo Bonucci y el último a Matteo Darmian, antes de que su compañero Jonas Hector anotase el tiro posterior para sellar la clasificación de los teutones a su novena semifinal continental. Desde el Mundial 2006, siempre entre los cuatro mejores en seis grandes campeonatos. Y su racha en los penaltis es inigualable. Ganaron seis veces y sólo perdieron en la final ante los checos de 1976, la que encumbró para siempre al señor Panenka.
«Nunca había vivido algo así. Fue un drama, una guerra de nervios de la que salimos vencedores», describía en las entrañas del nuevo estadio de Burdeos el portero del Bayern. «Sabía que tenía que concentrarme en mi trabajo y que no me influyeran las emociones, pero no es fácil. Trataba de intuir lo que iban a hacer los rivales. A menudo se dispara al centro, lo habíamos preparado en los entrenamientos, pero no es lo mismo», destacó.
Neuer le ganó el mediático duelo para paladares exigentes a Gianligi Buffon, que sólo pudo desviar el penalti mal ejecutado por Thomas Müller. Salió triunfante el tipo de perfil suave y juvenil, en contraste con un casi cuarentón, más maduro y con las arrugas que dibujan el paso del tiempo y su sufrir agonístico en cada partido. El guardián de la 'Mannschaft' es un joven al lado de Buffon, pese a tener ya 30 años y tres meses.
Neuer ha defendido ya a su país en 70 partidos a su país, con 56 goles encajados. Tardó en llegar, ya que debutó hace apenas siete años, en la goleada ante los Emiratos Árabes Unidos (7-2). Buffon, en cambio, es internacional absoluto desde los 19 y ya ha alcanzado los 160 partidos. En su palmarés con sus selecciones, los dos acreditan un Mundial, un subcampeonato de Europa, tras perder sendas finales ante España, y una Eurocopa sub-21. Buffon es más clásico. Controla su territorio, mientras que Neuer es más 'ofensivo', acorde con un fútbol moderno, ayudado por su excelente juego con el pie. No es raro verle adelantado y fuera de su área, para combinar con sus defensas centrales.
Matices preparados
«Les diferencian detalles porque interpretan el juego de forma diferente», asegura Andreas Köpke, entrenador de porteros de la selección alemana y campeón con la 'Mannschaft' hace veinte años, en la Eurocopa' 96. «Neuer aún puede mejorar y trabaja para hacerlo. Estaba listo para afrontar los penaltis. Teníamos información sobre los posibles lanzadores italianos. Desde 2006 no vivíamos una tanda, pero nos preparamos para ello», insistió Köpke el sábado, ya de madrugada.
En ese Mundial, los germanos se impusieron por 4-2 a Argentina en la tanda, gracias a los errores de Roberto Ayala y Esteban Cambiasso. Joachim Löw era entonces el ayudante de Jürgen Klinsmann en la 'Mannschaft'. El sábado, en Burdeos, el conductor de los teutones vio claro. Le sirvió el ejemplo de lo que le ocurrió a España. «Viendo el partido de 'La Roja' ante Italia, lo primero que se me vino a la cabeza es que teníamos que cambiar el sistema para cerrarles los espacios. No podemos jugar siempre igual porque seríamos previsibles», explicó.
Los mejores cancerberos del mundo ya se habían medido este curso en los cuartos de final de la Liga de Campeones, cuando el Bayern de Neuer eliminó a la 'Juve' de Buffon. El italiano hizo autocrítica y admitió «un error enorme» al perder la concentración cuando el equipo de Guardiola consiguió empatar en la vuelta (2-2) y forzar la prórroga. Siempre se han cruzado elogios y muchos ven al alemán como un dignísimo sucesor.
El muro alemán disfruta en Francia de su cuarto torneo internacional, segundo Europeo. Es el elemento que estabiliza una defensa poco segura en la fase de clasificación, con derrotas en Polonia e Irlanda del Norte, y que se pasó casi un año recibiendo al menos un gol en cada partido. Pero llegados a Francia, Neuer estuvo invicto ante Ucrania, Polonia, Irlanda del Norte y Eslovaquia. Sólo le descerrajó Bonucci tras el penalti más tonto en la prolífica carrera de Jérome Boateng, central germano de ascendencia ghanesa.
Neuer pasó por todas las categorías del club de su corazón, el Schalke 04. Le costó hacerse indiscutible bajo los palos en este país que vio pasar a leyendas como Sepp Maier y Oliver Kahn. Disputó el Mundial sudafricano por una serie de circunstancias: el suicidio de Robert Enke y la lesión de René Adler.
El Schalke aprovechó la coyuntura para traspasarlo al Bayern y 'Manolito' se confirmó para el gran público con su gran actuación en el Mundial de Brasil. Campeón de la Champions en 2013 y del mundo con su país, se postuló al Balón de Oro de 2014, pero Cristiano Ronaldo evitó que se uniera a la leyenda rusa Lev Yashin, el único portero declarado mejor jugador del planeta. Y aquella aparición de la 'araña negra' se produjo ya hace más de medio siglo.
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