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Luis Milla
Miércoles, 22 de junio 2016, 00:56
España cerró la primera fase con la decepción que siempre supone una derrota en los últimos minutos y, además, la pérdida del primer puesto del grupo cuando parecía ya muy cercano. Sin embargo, yo quiero ser positivo. La primera parte del equipo de Del Bosque ... estuvo en la línea de las victorias ante República Checa y Turquía. Al final el equipo tiene que ser consciente y valorar que ha estado jugando a un gran nivel en esos dos partidos y los primeros 45 minutos ante Croacia, y a la vez entender que si bajas el nivel y permites que el rival corra, el riesgo es muy alto porque te enfrentas a selecciones con muy buenos futbolistas.
Lo comprobamos este martes frente a los croatas. Vi una España a muy buen nivel en la primera parte. De hecho, si hubiera marcado el 2-0 me hubiera parecido normal por lo que se estaba viendo sobre el césped. El empate al filo del descanso pareció anular todo lo bueno hecho anteriormente. Lo que pasó en la reanudación es que la selección siguió con opciones de marcar, pero perdió el control de los dos primeros partidos. El error fue permitir un encuentro de ida y vuelta, que era justo lo que estaban buscando los croatas.
Perisic hizo muchísimo daño por su banda. Al final, hay que mirar que dio la asistencia del empate y marcó el el tanto de la victoria. Atacando siempre la espalda de Juanfran, imagino que se trataba de un movimiento muy bien planificado por Ante Cacic que les acabó saliendo de maravilla.
Creo que con la entrada de Bruno la idea de Del Bosque era defenderte mejor, pero no acabó de ir bien. El equipo pareció por momentos menos sólido pese a estar jugando con dos futbolistas por delante de la defensa. Además, el mensaje de ese cambio no llevó el partido hacia donde más le interesaba a España. Alguna pérdida de balón poco habitual acabó de confirmar esa sensación. El problema es que la selección había tenido siempre el control del partido en lo que llevábamos de torneo y no pudo cambiar el rumbo cuando ese control desapareció.
Ahora el rival es importante, nada más y nada menos que Italia, pero Conte también pensará probablemente que ha tenido mucha suerte en el cruce de octavos. Quizá pueda ser bueno este bofetón para una España que, debo insistir, ha jugado dos partidos y medio muy buenos. Tengo plena confianza en que puede dar lo mejor de sí en lo que queda de Eurocopa.
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