«El 1-1 antes del descanso cambió todo»

Sin embargo, el 1-1 lo cambió todo. Ese tanto fue clave, más que nada a nivel emocional. A los croatas les hizo creer y crecer, olvidarse del cansancio y a España, al contrario, le pasó factura. El encuentro tuvo dos acciones definitivas: el citado tanto del empate y el penalti posterior en el que Subasic saca el disparo de Sergio Ramos. El encuentro hubiera sido totalmente diferente de entrar ese gol porque España con ventaja en el marcador hubiera logrado el control de la pelota. En los minutos finales era importante no permitir transiciones veloces como las del Perisic, pero el equipo de Del Bosque lo hizo y llegó el gol croata con dosis de mala suerte porque el balón toca un poco en Piqué y desvía lo justo para que no llegue De Gea. En términos generales España no merecía la derrota, pero la falta continuidad y ritmo abrió la puerta de la victoria para su rival.

Ahora toca limpiar la cabeza y descansar lo mejor posible, preparando de buena forma los octavos de final. El enfrentamiento contra Italia no es una buena noticia para España, pero tampoco para los transalpinos. El equipo español tiene la capacidad de derrotar a cualquiera, entendiendo siempre que los encuentros se ganan cuando se juegan, no antes.

Así las cosas, este miércoles estaremos muy atentos al partido entre Italia e Irlanda, aunque es de esperar que Antonio Conte realice cambios en su alineación. Por lo visto en los dos anteriores encuentros, Italia es un equipo que mantiene sus viejas virtudes, quizá con una apertura de estilo con el balón, con más ganas de combinar, pero que no olvida nunca que en situaciones defensivas es un equipo solidario, fuerte y ordenado. Eso les hace competir muy bien. Veremos qué nos ofrecen para cerrar la primera fase y qué conclusiones podemos sacar.