Morata, la explosión

A veces pienso en la suerte que tenemos los aficionados españoles de haber sido testigos de la coexistencia en el tiempo de los miembros de una generación asombrosa. El Barcelona, espina dorsal de la selección, tiene una enorme parte del mérito por haber aglutinado con trabajo y paciencia el grupo humano que más gloria le ha dado en su historia. El Real Madrid, más centrado en el talonario y en el oropel, menos crédito ha acumulado en este milagro. El caso más claro es el de este delantero excepcional, que con muy pocas internacionalidades se ha convertido en un referente, por muy difícil que se lo pusiesen en España.

Los dos goles que marcó ante Turquía -los mismos que no pudo meterle a la República Checa-fueron los de un '9' puro, y uno de los que corren, además. Benzema tendrá muchos problemas el año que viene, ahora que el Real Madrid se ha decidido a recuperar a un jugador que con tiempo y mimo no hubiese necesitado ir a Turín para dejar claro que era uno de los mejores del mundo en su pesto. Ahora regresa a su equipo convertido en estrella, pero eso no ha nublado su juicio. Tras marcar los dos goles con España, el joven dijo: «Soy uno más que juega al servicio de La Roja, soy uno de los últimos en llegar y todos me ayudan y me dan muchos consejos». Una actitud que contrasta con la poco afortunada e inmadura explosión de Pedro de hace un par de días, todo sea dicho.