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Iván Orio
Lunes, 20 de junio 2016, 09:40
España aterrizó el pasado día 8 en La Rochelle, a escasos kilómetros de su actual lugar de retiro en la Isla de Ré, con las maletas repletas de interrogantes. El debate en la portería, la lentitud en la circulación del balón, la falta de pegada, ... la desastrosa actitud en el último amistoso ante Georgia, los ecos del batacazo en el Mundial de Brasil... Demasiadas dudas por resolver en muy poco tiempo. El debut con victoria en el último suspiro frente a la República Checa despejó la incógnita bajo los palos con el relevo generacional encarnado en David de Gea y encumbró a un Andrés Iniesta excelso que dejó con la boca abierta a Europa entera. En el partido de la confirmación contra Turquía La Roja ratificó las buenas sensaciones apuntadas en el estreno en Toulouse, sacó a relucir su faceta goleadora con dos tantos de Morata y otro de Nolito y demostró una confianza ciega en su fútbol, ahora con menos toque entre líneas pero más vertical y eficaz por las bandas. Francia ha alumbrado a la España del renacimiento, que ya está en octavos.
La portería
En pleno debate sobre si la leyenda de Iker Casillas pesaría más que la progresión de David de Gea en su competencia por la titularidad estalló en el cuartel de concentración el bombazo informativo con la aparición del nombre del meta del United en una investigación policial sobre un escándalo de tinte sexual. El toledano salió de inmediato a desmentir la declaración de una testigo protegido que le involucraba en el caso y sus compañeros le arroparon, pero no se sabía hasta qué punto este episodio le podía haber desestabilizado mental y anímicamente. Vicente del Bosque apostó por él en el debut frente a Chequia en una decisión que confirmaba el nacimiento de una nueva era bajo los palos y De Gea no defraudó, con una gran intervención en el descuento que evitó el empate. Contra Turquía casi no tuvo trabajo y de momento el guardameta manchego no ha encajado ni un solo gol en la Eurocopa.
La defensa
El eje de la retaguardia es coto privado de Gerard Piqué y Sergio Ramos. En el encuentro de Toulouse ambos estuvieron a un buen nivel y el jugador del Barça hizo además en el minuto 87 el gol de cabeza que dio la victoria a España. Lo celebró con una mezcla de alegría y rabia contenida al haber sufrido los silbidos de parte de la afición española por apoyar el referéndum catalán. Su hijo fue al estadio francés con la camiseta de La Roja, en un gesto de enorme trascendencia simbólica. Terminado el partido, tanto el futbolista del Madrid como del Barça utilizaron las redes sociales para cruzarse halagos para lanzar el mensaje implícito de que las rencillas del pasado provocadas por una rivalidad mal entendida entre ambos clubes son ya cosa del pasado.Ramos estuvo algo despistado y nervioso en el inicio del segundo choque frente a Turquía, pero después consiguió centrarse.
Juanfran, en la derecha; y Jordi Alba, en la izquierda, han adquirido un rol determinante en la nueva España. Las dificultades de la selección para moverse entre líneas por el escaso espacio que dejan los rivales entre unas y otras han obligado a los laterales del Atlético y del Barcelona a convertirse en extremos camuflados cuando los centrocampistas necesitan desahogar la salida del balón. Juanfran rindió a un gran nivel en el primer encuentro al convertirse en el mejor apoyo de David Silva cada vez que el futbolista del Manchester City necesitaba ayuda para ganar verticalidad con la pelota. En el choque ante los turcos estuvo más incisivo Jordi Alba, quien encontró un excelente aliado en Nolito para romper sin cesar la muralla defensiva y arrancar como una bala por su banda. Iniesta conoce sus movimientos y su velocidad y lo aprovecha para dar ritmo a la circulación.
La sala de máquinas
Existían dudas sobre si sería Cesc o Thiago Alcántara quien se encargara de dirigir las operaciones de La Roja porque sus perfiles son muy diferentes. Del Bosque ha elegido hasta ahora al centrocampista del Chelsea con resultados desiguales. Ante los checos estuvo parsimonioso y sin chispa y echó de menos la cercanía de un compañero que le ayudara a trasladar el balón a las inmediaciones del área. Del Bosque lo vio claro y frente a Turquía modificó la demarcación de Iniesta para que Cesc no se sintiera tan solo en su tarea. El cambio táctico funcionó. El catalán recuperó la fluidez y el de Fuentealbilla ofreció otra exhibición que le han elevado a los altares futbolísticos.
La prensa internacional dedica cada día páginas y páginas a ensalzar al genial jugador del Barça, elegido el mejor del partido tanto en el debut de La Roja como frente al combinado otomano -resultó incomprensible la decisión de la UEFA de no incluirle en el once ideal de la primera jornada-. Sin embargo, ni Cesc ni Iniesta podrían moverse con soltura en el campo si no tuvieran un guardaespaldas de máximo nivel. Esa función ha vuelto a recaer en Sergio Busquets, el mediocentro total. No estuvo bien en el estreno, pero contra los turcos calibró la precisión de su radar y estuvo magistral tanto en la recuperación como en la búsqueda posicional para respaldar a los centrales y los creadores de la medular.
Desborde y ruptura
El emergente Nolito y el experimentado David Silva se mueven por delante de los laterales pero sus roles son muy diferentes. El gaditano del Celta es un extremo puro en el costado izquierdo y Del Bosque le pide que lo sea, aunque de vez en cuando oriente sus movimientos hacia dentro para buscar el disparo y meter balones al área. La apuesta del seleccionador ha resultado ganadora. El de Sanlúcar de Barrameda estuvo algo ansioso frente a los checos pero se consolidó en el segundo encuentro, en el que incluso marcó. El papel del canario, más escorado a la derecha, es otro. Sin la velocidad de Nolito, su misión consiste en abrir espacios en las líneas enemigas con combinaciones rápidas y aperturas a las bandas. El futbolista del City es el oxígeno de los creadores en la búsqueda de resquicios imposibles entre los defensas y el constructor de autopistas para Juanfran.
El goleador
Álvaro Morata es el delantero llamado a materializar en goles las permanentes llegadas de La Roja durante los encuentros. Estuvo desubicado frente a los checos y en muchos tramos del choque molestó a Nolito por su tendencia a caer a la banda izquierda para desmarcarse, un movimiento que ejecuta con insistencia en la Juventus. Ante los turcos ocupó su espacio natural, fijó a los centrales y enterró el debate sobre la eventual falta de pegada con dos dianas, la primera en un impecable cabezazo y la segunda al aprovechar una asistencia de Jordi Alba. En plena progresión aún debe resolver si su futuro está en el Real Madrid o lejos de la capital de España pero de momento esa incertidumbre no ha afectado en su rendimiento a pesar de ser un debutante en las grandes citas de selecciones. Es el hombre más adelantado de la España del renacimiento.
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