Szalai, el gol más esperado

En lugar de evolucionar, retrocedió cuando dejó el Mainz. Allí, con el actual entrenador del Borussia Dortmund, Thomas Tuchel, le había ido bastante bien. Logró 24 goles y el Schalke 04 se interesó por él, pagando 8,5 millones por su traspaso. El Mainz le había abonado al Real Madrid medio millón, tras haberle tenido primero como cedido. En el club de los mineros de Gelsenkirchen, el el promedio bajó radicalmente, también porque jugaba menos. Sólo logró batir a los porteros rivales en nueve ocasiones. Volvió a dar el salto para militar en el Hoffenheim y aún fue peor. Sólo metió cuatro. Por eso decidió probar suerte en el Hannover 96 y ahí hga sido un desastre porque no ha sido capaz de firmar un solo gol desde que firmó por el club esta temporada.

Hasta el conseguido con su selección en en Burdeos, su último tanto dataaba del 12 de diciembre de 2014 cuando jugaba en el Hoffenheim y se lo marcó al Eintracht de Frankfurt. Llevaba 41 partidos entre club y selección hasta que logró batir al austriaco Robert Almer. Todo el combinado húngaro enloqueció, pero en espacial Szalai. Con ese tanto de pillo, dentro del área pequeña y tras un mal control, culminaba una mala racha difícil de recordar en otros delanteros. Confía en hacer bueno a partir de ahora el viejo dicho que popularizó el ex internacional holandés Ruud van Nistelroy al afirmar que los goles son como el ketchup, que de golpe sale mucho tras haber estado apretando fuerte un buen rato.

Szalai agradece la inusitada confianza que le ha mostrado el seleccionador Bernd Storck. En el Hannover sólo había logrado dar una asistencia en 12 partidos jugador y no marcó ni un gol. Aún así le incorporó entre los 23 escogidos para defender a Hungría en el Eurocopa, una competición que el país de estrellas de todos los tiempos como Czibor, Puskas o Kocsis no disputaba desde hace 30 años.