Rusia, amenazada de expulsión en la Eurocopa

Al final, el tribunal disciplinario del organismo que preside el español Ángel María Villar de forma interina determinó aplicar el artículo 20 de su código, «descalificar» a los rusos de la Eurocopa de Francia por los disturbios, cánticos racistas y lanzamientos de bengalas durante el choque del pasado día 11 en el Vélodrome de Marsella ante Inglaterra, pero dejar esa llamativa sanción en «suspenso» si su afición no protagoniza nuevos episodios violentos en los estadios. Además, impuso una multa de 150.000 euros a la Federación Rusa de Fútbol, que puede recurrir.

Según fuentes de la UEFA, durante algunos minutos la selección de Rusia estaba virtualmente fuera de la Eurocopa, ya que se propuso aplicarle la pérdida de seis puntos, lo que hubiera significado hacer las maletas tras la primera fase del torneo. Las imágenes en poder de la UEFA son terribles, desde un padre con dos hijos pequeños mostrándolos a los vándalos rusos para que no atacaran su zona, a la utilización de potentes artefactos explosivos.

La UEFA ha dejado claro a Rusia que su futuro pende de un hilo en esta Eurocopa y le ha instado a que haga todo lo posible para controlar a sus 'hooligans', en realidad fuerzas paramilitares muy conocidas en los principales clubes de fútbol del país y ahora aliados en torno a la selección.

Si la sanción no ha sido mayor es porque el organismo rector del fútbol europeo ha detectado errores en el proceso de venta de entradas y en la separación de las aficiones, argumentos empleados en su defensa por la federación rusa.

La UEFA, que ya amenazó a las asociaciones de Rusia e Inglaterra con una eventual expulsión del torneo, aclaró una vez más que su fallo se refiere exclusivamente a los hechos que tuvieron lugar dentro del estadio Vélodrome y que motivaron la apertura de un expediente disciplinario. Esos incidentes están «bajo jurisdicción de los órganos disciplinarios de la UEFA», señaló el organismo, que no se pronuncia sobre los enfrentamientos que tuvieron lugar en el centro de Marsella entre las aficiones inglesa y rusa y que provocaron 35 heridos, uno de ellos con riesgo de muerte. Esos disturbios son competencia del país organizador, encargado del dispositivo de seguridad en las ciudades sede del torneo.

Llamamiento a la calma

Mientras tanto, las autoridades federativas y políticas de ambos países han multiplicado en las últimas horas los llamamientos a la calma a sus aficiones. No obstante, existe preocupación porque rusos e ingleses se van a encontrar en las próximas horas muy cerca. Rusia se enfrentará este miércoles contra Eslovaquia en Lille y a sólo 40 kilómetros de allí, en Lens, Inglaterra se medirá con País de Gales en el esperado duelo del día siguiente. Las autoridades francesas esperan que entre 40.000 y 50.000 británicos se trasladen a Lens para ese partido, uno de los cinco catalogados de alto riesgo antes de la competición. Con la cercanía de los rusos, se prevé un refuerzo de la seguridad en ambas ciudades. Lens ya había limitado la venta de alcohol y había anulado las clases en los colegios.

El gobierno ruso juzgó de «totalmente inadmisibles» los violentos incidentes de Marsella e urgió a los hinchas a «no reaccionar ante las provocaciones, sean cuales sean», según declaró el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov. «Evidentemente esperamos que los ciudadanos y los seguidores, que son adultos, respetarán las leyes del país donde se encuentran», dijo el portavoz. «Hinchas de varios países participaron en esos excesos y entre ellos había desgraciadamente algunos de Rusia», añadió. Francia decidió este martes expulsar a varios ciudadanos rusos del país por temor a nuevos disturbios.