De Gea y Casillas, en la Ciudad del Fútbol.
SELECCIÓN

Un debate bajo palos

De Gea está llamado a ser el portero de España en la Eurocopa y abrir una nueva era, pero la sombra de Casillas y sus seguidores todavía es muy alargada

IVÁN ORIO

Viernes, 10 de junio 2016, 09:55

David de Gea, el portero del United, será titular el próximo lunes en el debut de España frente a la República Checa en Toulouse si, como ha ocurrido hasta ahora, Vicente del Bosque apuesta en su once inicial por el guardameta que disputa el último ... partido de preparación para una gran cita de selecciones. El martes, en Getafe, fue el cancerbero madrileño de 26 años el que se colocó bajo los palos frente a Georgia. La Roja completó un encuentro lamentable en el peor momento posible contra uno de los combinados más débiles del mundo y el futbolista de Old Trafford encajó el gol de la inesperada derrota en un contragolpe contra el que nada pudo hacer. Pero después del choque, en la sala de prensa, nadie le pidió una valoración del pésimo choque y sus posibles consecuencias. Todas las preguntas iban dirigidas a saber si esta vez va a ser él, y no Iker Casillas, quien asuma la responsabilidad de custodiar la puerta de los campeones.

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El debate De Gea-Casillas siempre ha estado latente desde el fiasco de Brasil y su intensidad se ha modulado en función del juego y de los resultados. La incómoda última temporada del exmeta blanco en el Real Madrid antes de fichar por el Oporto en el verano de 2015 había abierto una brecha entre los seguidores merengues y, en mayor o menor medida, esa división también se trasladó a España, sometida a una considerable presión social y mediática desde el varapalo del Mundial. De algún modo Casillas representaba a la gloriosa vieja escuela, la que debía hacerse a un lado después de seis años de ensueño para dar paso a las nuevas generaciones, como hicieron Xavi Hernández y Xabi Alonso. Esta tesis, sin embargo, choca frontalmente con la visión de los casillistas, convencidos de que el gran capitán de 35 años merece un trato acorde con la vida que ha entregado a la selección y marcharse por la puerta grande.

Apelar al tiempo en acto de servicio de Casillas, con cuatro Eurocopas -la de Francia va a ser la quinta- y otros tantos mundiales a sus espaldas podría ser un argumento válido si su estado de forma fuera óptimo -la edad en el caso de los porteros es un hándicap relativo, nada que ver con la de los jugadores de campo-. Sin embargo, su primera temporada en el Oporto ha sido más que discreta y en algunos círculos próximos a La Roja se interpreta su presencia entre los 23 elegidos como un agradecimiento personal del seleccionador al hombre que capitaneó el barco de los éxitos y restañó heridas internas en las épocas menos dulces. La confianza de Del Bosque en el meta del equipo portugués es máxima y ha salido varias veces en su defensa cuando le han llovido las críticas tras varios errores de bulto este curso. La valoración debe ser general y no supeditarse a actuaciones concretas, vino a decir el técnico salmantino.

Ha sido a De Gea a quien le ha tocado ser protagonista de esta película, pero podía haberle pasado a cualquier otro (Sergio Rico, del Sevilla, está en el grupo para aprender y coger experiencia de cara al futuro). Él asume el papel con sensaciones contrapuestas. Con ilusión, al tocar con la punta de los dedos la oportunidad con la que siempre ha soñado. Y también con incomodidad, consciente de que diga lo que diga y haga lo que haga será mirado con lupa y comparado con el maestro. Por eso el martes en el Coliseum Alfonso Pérez todas sus respuestas fueron políticamente correctas y un homenaje a los lugares comunes. Yo hago mi trabajo lo mejor que puedo... Será el míster el que decidirá... Todos estamos aquí para ayudar al equipo.... El internacional del United sabía que un desliz en cualquier dirección podría encender un debate con elevadas dosis de artificialidad que debería zanjarse cuanto antes -a poder ser el mismo lunes-.

A Del Bosque tampoco le gusta el asunto y la ambigüedad en sus respuestas no ha ayudado a aparcarlo de manera defitiva. Sin ir más lejos, la víspera del partido contra Georgia se le volvió a preguntar sobre sus preferencias para la portería y se limitó a anunciar que previsiblemente sería De Gea quien la defendería como titular, como así ocurrió. El entrenador no fue más allá, así que las especulaciones en el entorno volvieron a dispararse y el debate alcanzó otra vez notoriedad cuando todavía quedaba más de una semana para el estreno de España en la cita francesa. Sorprende la estrategia del seleccionador porque nadie mejor que él sabe que este tipo de elucubraciones cuando hay posturas enfrentadas -las redes sociales son un hervidero de comentarios al respecto- pueden suponer un elemento desestabilizador. Quizás el domingo, 24 horas antes del debut ante la República Checa, clarifique la situación.

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No ver el nombre de De Gea en el once inicial en Toulolouse sería en cualquier caso una sorpresa porque ha firmado una temporada excepcional y porque ya ha alcanzado la edad y madurez ideales para afrontar una Eurocopa. Sin embargo, el debate siempre estará ahí. Pase lo que pase, se hablará largo y tendido y correrán ríos de tinta sobre el asunto. Del Bosque tiene suerte al tener a dos de los mejores porteros del mundo en su equipo. Iker tiene mucha experiencia y ha ganado muchos títulos toda la vida. David ha tenido dos temporadas muy buenas con el Manchester. Es una decisión difícil e importante para el entrenador. Los dos son muy buenos», ha declarado Petr Cech, portero de la República Checa. Mientras, Casillas y De Gea comparten horas y horas de entrenamiento en común con La Roja. Sus roles, a priori, parecen estar muy claros. ¿O no?

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