Secciones
Servicios
Destacamos
Minuto 70 del equilibrado choque del viernes entre Países Bajos y Francia en Leipzig. Tras una larga revisión en el VAR, el inglés Anthony Taylor anula un gol de Xavi Simons por fuera de juego posicional de Dumfries, que al parecer molestaba al portero Maignan. ... Indignación de la afición 'Oranje', lluvia de vasos de cerveza en las gradas y monumental enfado entre aficionados y periodistas que ocupaban la zona baja del estadio y que vieron hasta sus equipos de trabajo seriamente perjudicados. Antes, en el primer tiempo, Antoine Griezmann tuvo serias dificultades para lanzar un córner porque le caían alrededor esos recipientes de plástico con bebida que no era precisamente agua. El Principito tuvo que pedir calma a los seguidores rivales. Un día antes, en el caliente duelo entre Eslovenia y Serbia jugado en Múnich, hubo fases del partido en los que el campo se inundó de vasos.
El consumo masivo de cerveza forma parte de la cultura alemana y del folclore entre las aficiones desplazadas de forma masiva a los estadios, con un colorido extraordinario partido por partido. Desde primera hora de la mañana, las terrazas de los bares de cualquiera de las sedes se llenan de gente consumiendo la bebida elaborada con lúpulo.
Litros y litros, jarras y jarras, botellas y botellas, hasta el punto de dejar sin existencia de cerveza los comercios que abren hasta la madrugada y donde se hacen colas interminables solo para adquirir este producto incluso a temperatura ambiente porque ni las neveras de ingeniería alemana pueden enfriar tan rápido. Incluso, aquí expenden cerveza en un sinfín de establecimientos turcos de comida rápida a pesar de que el alcohol está estrictamente prohibido según la religión islámica.
A diferencia de lo que ocurre en España, donde solo permiten consumir alcohol en las zonas VIP, en los partidos de la Bundesliga los hinchas beben y beben y vuelven a beber en el interior de los recintos, pero su comportamiento en general es excepcional. Sin embargo, este tipo de imágenes impresentables que muestra la Eurocopa al planeta han puesto a la UEFA en un serio problema.
Hasta la fecha, el Arena de Gelsenkirchen, patrocinado por la cervecera Veltins, es el único que ha sido declarado zona restringida de alcohol. Fue con motivo del Serbia-Inglaterra de la tercera jornada del torneo, duelo de alto riesgo, con peleas en los prolegómenos y varias detenciones. Si ya de por sí los radicales balcánicos y los 'hooligans' son violentos, qué decir en estado de ebriedad. Para ese duelo, la UEFA, de acuerdo con las autoridades policiales, solo permitió vender cerveza con un máximo de 2,8% de alcohol, aproximadamente la mitad de lo habitual, y solo dos botellas por persona.
Imponer la ley seca en Alemania y en una Eurocopa es una quimera. La cerveza está consagrada como una de las bebidas más importantes en numerosos lugares del Viejo Continente y es un símbolo de la cultura y la tradición germana, un elemento esencial en la vida cotidiana de sus ciudadanos. La Ley de Pureza y el Oktoberfest marcan dos hitos reconocidos mundialmente dentro de la cultura cervecera del país.
Alemania es el principal productor de cerveza en Europa con algo menos de 90 millones de hectolitros anuales. Con 111 litros por persona al año, es el cuarto país del continente con más consumo, solo superado por los 114 litros por ciudadano en Polonia, 126 en Austria y 135 en la República Checa. Son datos de la Organización Mundial de la Salud recogidos por el portal 'Landgeist'.
La razón por la que es símbolo de desconexión y celebración para los germanos, se remonta a hace más de 5.000 años. Cuentan que los celtas, que habitaban en el territorio de lo que hoy es Alemania, ya elaboraban cerveza en la Edad de Bronce. Los romanos también introdujeron el arte de producir esta bebida en la región cuando conquistaron el territorio en el siglo I antes de Cristo.
Sin embargo, fue en la Edad Media cuando la cerveza adquirió una mayor relevancia. Las cervecerías monásticas se convirtieron en centros importantes de producción y distribución, y bastantes de las cervecerías alemanas más antiguas se fundaron en este período. Se consideraba un alimento básico y se consumía en grandes cantidades porque pensaban que su bajo contenido en alcohol le hacía más seguro para beber que el agua. Aún existen numerosas órdenes monásticas famosas y de gran reconocimiento que continúan haciendo y distribuyendo sus propias cervezas.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Carnero a Puente: «Antes atascaba Valladolid y ahora retrasa trenes y pierde vuelos»
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.